Love duet
Anochece, el cielo está limpio y
estrellado, Butterfly avanza lentamente hacia Pinkerton que descansa en un
banco del jardín, se arrodilla a sus pies y le mira tiernamente casi
suplicándole.
Las cuerdas frasean entre sí abrazando las primeras insinuaciones amorosas de La Mariposa, revoloteando como ruiseñores desde el fondo del jardín
Las cuerdas frasean entre sí abrazando las primeras insinuaciones amorosas de La Mariposa, revoloteando como ruiseñores desde el fondo del jardín
“Amadme por favor aunque sea un poquito, como se ama a un niño, como a mí me
corresponde, amadme por favor”
Pinkerton toma con dulzura las manos de Butterfly abrazándola tiernamente
Pinkerton toma con dulzura las manos de Butterfly abrazándola tiernamente
“Deja que bese tus queridas manos, ¡mi Butterfly!, Yo te he atrapado, Te abrazo
apasionado. Eres mía, Si, para toda la vida”
...Se incorporan los vientos, que con una cadencia metódica y envolvente dibujan los fraseados amorosos de ambos
...Se incorporan los vientos, que con una cadencia metódica y envolvente dibujan los fraseados amorosos de ambos
“¡Es una noche serena! ¡Mira: todo duerme! ¡Ah, que noche tan dulce! Cuantas estrellas, ¡jamás las vi tan hermosas!
La orquesta en pleno se insinúa una y otra vez en la construcción de la melodía que nos lleva lenta pero intensamente hacia el final del Dueto.
La orquesta en pleno se insinúa una y otra vez en la construcción de la melodía que nos lleva lenta pero intensamente hacia el final del Dueto.
“Ven, ven, tiembla, brilla cada punto de luz... Ven, se mía, ¡Aleja la angustia
de tu corazón! ¡Ah dulce noche! todo está lleno de amor, ¡el cielo sonríe! ¡Ah! ¡Ven! ¡Eres mía!”
...Aparecen luciérnagas alrededor de los amantes entre las flores y los arbustos,
en un “crescendo” sublime las dos voces se funden en una, la orquesta les sigue hasta el final de los agudos, creando una apoteosis final propia del más espectacular de los orgasmos musicales, hasta deshacerse en una sutil e intimista melodía que da el final al primer acto.
...Aparecen luciérnagas alrededor de los amantes entre las flores y los arbustos,
en un “crescendo” sublime las dos voces se funden en una, la orquesta les sigue hasta el final de los agudos, creando una apoteosis final propia del más espectacular de los orgasmos musicales, hasta deshacerse en una sutil e intimista melodía que da el final al primer acto.
Ayyy! pero que bien lo han ambientado Alfredo, cierro los ojos y vuelvo a escuchar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ah... que noche tan dulce! Palabras, imagen y música son muy bellas.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
Gracias por compartir en palabras y música semejante noche
ResponderEliminar=)