Este jueves, relato. "Profecías del fin del Mundo"
No
sabía qué clase de canalla era, supongo que lo había ocultado en mis primeros
meses de relación, esos en los que ella me lo ponía fácil. A mí se me hacía la
boca agua pensar en mi nueva y probablemente definitiva adquisición. O no es eso,
lo que uno obtiene con una mujer, especialmente cuando deja de ser “una” para
convertirse en “mi”. Era
demasiado bonita e inteligente para compartirla, e inconsciente, empecé a
rellenar sus vacios con sospechas que exigían un control más determinante:
Ubicar y acaparar sus veinticuatro horas del día. Sus primeras respuestas,
tímidas y sutiles, eran reivindicaciones de pequeñas parcelas de libertad que
empecé a verlas como una amenaza inaceptable.
La
olía, la registraba, la espiaba, la seguía. No soportaba la más mínima laguna
que no tuviera mi consentimiento o una clara explicación; aún así, la sombra de
la mentira erosionaba mi mente. Desconfiado, la esperaba a su llegada del
trabajo maltratándola con impertinentes reproches que hacían que huyera
asustada y se encerrase en la habitación. Hasta
hoy, que borracho, la he visto salir con su maleta, luminosa y desafiante.
Iracundo la he detenido al dirigirse a la puerta de la calle y una vez más,
ebrio de vino y de celos la he golpeado con rabia hasta violarla sobre la
rancia alfombra del Recibidor. En el suelo, quieta, indefensa, herida, me ha
recordado que siempre habíamos sido el arquetipo
de la mediocridad compartida.
Ahora,
en este dramático momento, la sombra de mi cuerpo se dibuja sobre el de ella.
Mi mirada borrosa por el odio solo ve una figura anodina y oscura. Su corazón late
volando hasta el estremecimiento y sus ojos, en claro contraste con la tristeza
de los míos, brillan con la esperanza de la definitiva despedida. En este
momento, con mi mano sobre su cuello, desconozco las razones de tanta locura. No
puedo encontrar a la persona que era y que inspiró nuestra primera pasión. El
presente está condenado a una insoportable vida de desconfianzas y sospechas. ¡No
puedo más!
Mis manos reanudan el
caótico baile: primero ha sido un grito, después más
golpes, luego la oscuridad seguida del silencio. Entre medias, el dolor ocre en
el alma. La sangre pintando de rojo la indefensión. La herida morada de una
ilusión rota. El caos grisáceo de una cara irreconocible. La negra confirmación
de un final anunciado. El último soplo de una paleta que alguna vez estuvo
llena de colores.
Y recordé aquel día de nuestro viaje
de novios, a la puerta de la Alhambra, cuando la gitana le susurró al oído:
-"Tus sueños de hoy, paya,
con este payo, serán tu pesadilla de mañana”.
Esas dulces pesadillas, esos tormentosos sueños, esos amores explosivos.... no se Alfredo igual se bueno esa explosión de los dos mundos.
ResponderEliminarME ENCANTO tu profecía.
Besos.
¿profecias, predestinación, libre albedrio? conceptos a manejar siempre en las decisiones.
ResponderEliminarUn abrazo
"Cómpreme un ramito romero y le leo la buenaventura", eso dicen... y la mala. Cuando alguien me ha dicho que lo que le dice una "gitanilla" se le ha cumplido, siempre pienso que en nosotros conviven razones para que las cosas pasen o cierta predisposición, hacia un posible el "fin del mundo" personal aunque no lo veamos, ellas solo tiran la piedra, el resto se construye o ya estaba en nuestro interior.
ResponderEliminarBesos
Las pesadillas nacen de nuestros miedos y nos atormentan mientras las recordamos. Una vez olvidadas viviremos como siempre hasta que volvamos a soñar. Nuestra mente es poderosa. Un beso.
ResponderEliminarEn esa paleta llena de colores se pintan muertes anunciadas, siempre quedará el color y en el aire una explosión.
ResponderEliminarAgorera gitana, en la palma de la mano el fin de todo y se lo creyó.
Besitos muchos.
Excelente manera de pintar con los justos colores y haciendo gala de precisas pinceladas un presagio que resulta el fin del mundo para tu personaje! jejeje
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Un abrazo.
No me las nombres porque, a parte de la clavá, lo que aciertan las puñeteras me produce escalofríos.
ResponderEliminarEs jueves, comento en jueves y publico en jueves. El jueves, ese relato que se publica cualquier día... jajajjaa!
Besitoooo.
Déjame que rezongue.
El fin de un mundo individual, de su mundo. Tal vez debiera haber seguido los augurios de la gitana. Paleta de vivos colores ennegrecidos por la maldad de un payo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, vengo de la mano de San y su propuesta sobre las profecías del fin del mundo.
ResponderEliminarEs bueno tu micro. Un fin del mundo anunciado. El fin de su mundo al fin y al cabo.
Saludos
La profecía de esa gitana, va de retro, nunca me han gustado, sean o no sean verdad, dan respeto, por si acaso.
ResponderEliminarUn abrazo
Me dan yuyo las predicciones de las gitanas pero mas miedo me han dado siempre cuando les das una moneda agradeciéndoles su predicción y te dicen que las monedas dan mala suerte, entonces le dices que es lo que hay y se quedan rezando por lo bajito ¡¡cago en la...!!Ya me ha jodido la gitana todo el día, me quedo pensando si me habrá echado algo de mal fario porque bueno no era seguro. Era su fin del mundo particular, con el payo…se lo dijo la gitana en la puerta de la alhambra.
ResponderEliminarBesazo y abrazo grande amigo.
Si no hacemos caso a nuestra cabeza que muchas veces nos indica bien y razonablemente lo que debemos hacer... qué caso vamos a hacer a la gitana?
ResponderEliminarEs que no hay caso hasta que no tropezamos mil veces con la misma piedra...
En tu breve relato, conciso y preciso, no alcanzaría a adivinar, más intenciones que las de un buen escritor.
Besos jueveros, socio.
Siempre me asustan las predicciones gitanas, no sé si es por el tono en que las hacen o porque es un mito que tienen el poder de ver el futuro.
ResponderEliminarExcelente la descripción, me suena a prosa poética.
besitos
es curioso...he leído dos veces el texto. ¿por qué? pues por que anoche me acosté a las 6 por culpa de un programa de radio argentino y me he levantado a las 10, con lo cual,, ni me entero de si estoy delante del ordenador o este está detrás mío...pero el caso es que al final he logrado enterarme. elcaso es que hasta mi periquito hembra,la cual ayiende por el nombre de caterina, se ha puesto a piar de una forma que ya voy entendiendo. y esa form es de rechazo, es defensiva, es de hacerse notar ante el enemigo...y sé de sobra que ha comenzado a piar así, a cantar, perdón por que ha sabido leer en mi mente las palabras lectora de manos...no sé si habrá entendido algo después, pero la jodía sigue cantando con el mismo sonido...
ResponderEliminarmedio beso, alfredo.
Las gitanas tienen el don de hipnotizar por un rato, en tanto que toda explosión, cunado pasa queda un incierto vacío de colores.
ResponderEliminarLindo texto.
Un beso.
Pues me dijeron hace muchisimooooo tiempooooo, que iba ser muy feliz con un moreno y que tendría tres churumbeles machotes, una casa grande con muchos nietos. Sin comentarios jajajaaj!!!!!
ResponderEliminarUn placer leerte Alfredo.
Besos incrédulos
¡Ay si yo pudiese plasmar toda esa belleza en un lienzo!
ResponderEliminarMe guardaré del asombro cuando quieran leerme el futuro en la palma de la mano.
Un beso
Estremecedor. Que lástima que esas predicciones las realice alguien poco fiable y no la propia inteligencia.
ResponderEliminarEn el plano egoista, ojalá las predcciones de gitanas al pie de la Alhambra sean ciertas, a mi me predijeron que mi futuro sería más feliz que mi pasado. Entre su habilidad y mi torpeza, eso y un ramo de hierbas me costaron 500 pesetas de 1994 ...
Un fuerte abrazo, en lo literario, t relato me parece exquisito, como es habitual.
Un texto muy poético con un final gitano. Como siempre, me gustó leerte.
ResponderEliminarSaludos,
Juanma
PD: Siento llegar tarde, pero es que estoy liado con los exámenes de febrero y no tengo tiempo de ná. xD
Y ese arrebato tan andaluz que te ha hecho escribir de donde te ha venido eh?, esa gitana la tengo yo vigilá que solo es de malos agüeros, mira, mira, lejitos de mi, que mi mano no se la enseño!!!, lástima que no se alejase del payo malvado, pero el amor es ciego, miles de besossssssssss
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