Este jueves, relato. La primavera, la sangre altera.
Matías tenía 80 años. 80 primaveras de las que no recordaba ninguna, aunque tenía una idea aproximada de lo que eran. Su mayor y único entretenimiento era dejarse llevar secuencia tras secuencia por las imágenes de su Sony de 42 pulgadas, dibujando en su memoria el instante irrepetible de un presente, con textura de plasma "Crystal Gloos" de color negro intenso. Consumidor de imágenes subjetivas, intentaba sin conseguirlo retener figuras maravillosas que cristalizaban en su memoria dejando un poso agradable. Las mujeres que cruzaban pasillos, solas y en grupo, siempre alegres a pesar de ir cargadas de bolsas hasta desaparecer tras ellas. Los niños correteando con sus camisas de colores claros y luminosos. Los hombres presumiendo de ropa deportiva, simulando con poses inventadas un gesto subliminal. Matías, controlaba la situación, su televisor TDT combinaba estética y grandes prestaciones, tecnología “Motión Plus” que mejoraba el sonido, permitiéndole oír con una cl