Palabra 16 de 52: "Perdón"
"Padre,
me acuso de no ser sevillano.
No
pude elegir, mi destino me sorprendió mirando para otro lado.
A
menudo tengo pensamientos frívolos sobre esta Sevilla que deseo y no tengo.
Sí,
esta, la de la silla que pierdes. La de la torre del L’oro. La del Miguelete
ese, que a veces gira, a veces alda. Esa, que no tengo, por soñar dormido.
Y
de eso Padre pido perdón, de imaginar ciudades utópicas, de calles utópicas con
colores utópicos. Cuando solo tenía que abrir la ventana y ver en tres
dimensiones una realidad que hace que broten de mi lápiz, perfilados bocetos
con sabor trianero.
Ahora,
juego a arrepentirme y hago propósito de enmienda, aunque sé que al poco tiempo,
la tentación me arrastrará de nuevo hacia el azahar levantino que sin
compasión, y una vez más, obnubila mis sentidos"
Seguro que dicho así llega ese perdón. Que tiene ese olor a azahar!
ResponderEliminarUn abrazo,.
¿Quién es ese señor de poblada barba?
ResponderEliminarYo también sufro con el azahar, que envuelve mi razón y los latidos de mi corazón se vuelven bailaores...
Eso sí, sin perdones, arrepentimientos ni padres de por medio...
Un beso y a comer la mona.
Seguro que te perdonan, con esas palabras tan sentidas que te han salido, con el azahar como protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo
Una hermosura!!! A veces no podemos evitar ser seducidos por azahares, desviar la mirada y ponerla en algo que está un poco más lejano que lo que nos rodea.
ResponderEliminarUn abrazo.
jaja Alfredo, siempre tan ocurrente para encontrar giros ingeniosos en cuanto al tema propuesto...me parece estupenda esta manera de enaltecer una ciudad que tanto te emociona y disfrutas al recorrer!
ResponderEliminarUn abrazo.
Eres grande, Alfredo. Fue un placer oírtelo leer y ahora lo he disfrutado nuevamente, pudiendo parar y sentir cada palabra.
ResponderEliminarBesos.
Hola, Alfredo.
ResponderEliminarMe encantó tu escrito; una confesión poética con mucha miga. ¡Cuántas veces no nos dejamos influir por los tópicos sobre ciudades y sus habitantes, sin apenas haber intentado conocerlos!...
Mi felicitación.
Un abrazo.
Muchas veces, las más, leo y me gusta lo que leo, me parece bien escrito, o una bonita poesía, algo original, divertido, pero a veces me gusta tanto que me gustaría haberlo escrito yo y por esa envidia te pido perdón.
ResponderEliminarCreo que estás perdonado por lo bien que lo has hecho.
ResponderEliminarAl pelo te vino! Un gran escrito que imagino, te habrá llevado a una absolución inmediata!
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
Algunas veces uno no elige el lugar donde nace y siente en el alma un amor hacia otras tierras lejanas, son embargo es perdonado ese desliz pircque en el fondo no dejamos de ser hijos de la tierra.
ResponderEliminarBesos
cuando se da la oportunidad, qué mejor que aprovecharla ¡y veo que lo ha hecho muy bien!
ResponderEliminar¡saludos!
Alfredo, creo que lo tuyo con Sevilla es un flirteo. Yo también me he sentido subyugado por su belleza, su olor a azahar, por su alegría. Pero creo que nuestro amor verdadero está en otra parte. El tuyo en tierras levantinas, el mío en los paisajes de esta ciudad califal que me enamora. Su latido nos llama con fuerza y aunque a veces volemos lejos y nos sintamos a gusto en esa ausencia, siempre volvemos a ellas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Te tengo situado en ese azahar levantino, pero no me extraña verte en medio de esa Sevilla. Creo que hay quienes tenemos la posibilidad de ser de diferentes lugares y tengo claro que tú eres uno de ellos.
ResponderEliminarUn abrazo, mi arma.