Este jueves, relato.
Sebastián es un canalla, lo escondió hasta bien consumada su
relación con Cecilia.
Borracho, la maltrata y pierde en el juego los ahorros de
ambos. Tantea a las amigas de ésta con la desfachatez del que se cree por
encima del bien y el mal.
De pie, espera iracundo la aparición de Cecilia, que
encerrada en su dormitorio, se recupera de los golpes recibidos por su atrevimiento
al reprocharle su actitud. La espera excitado, dispuesto a perdonarle su osadía
y como otras veces a violarla sobre la rancia alfombra del Salón.
La puerta del dormitorio se abre y Cecilia, aparece
radiante, cargada de maletas. Con indiferencia pasa sin mirarlo hasta alcanzar
la puerta de la calle.
Sebastián, ebrio de vino y de celos, saca el animal que lleva
dentro, y con un cuchillo le asesta 9 puñaladas que acaban con su vida.
(Todo mi cariño, a los otros animales)
Sí, mis respetos para el resto de la fauna... pero por desgracia estos animales cada dia se renuevan con su sinrazón, su fiereza, su mediocridad, su instinto asesino... Creo que el gran problema en la mayoría de los casos es "yo lo cambiaré"....
ResponderEliminarEn poquisimas palabras, una historia larga y triste.
Besitos
Que lastima que ella no llevara otro mas grande y que la historia tuviera otro final.
ResponderEliminarCortito y muy bonito, maestria si señor, cuanto tengo que aprender de todos vosotros..
Primavera
La fiera que llevamos dentro, algunos tiernos corderillos otros feroces lobos, estos últimos mejor amarrados, encarcelados.
ResponderEliminarHistoria dura y demasiado frecuente.
Magistral Alfredo. Un abrazo.
Una pena que Cecilia no haya intuído que algo asi podía pasar para poder defenderse y ponerle 5 tiros al tipo, asi, sin inmutarse.
ResponderEliminarChapeau maestro, nunca se me hubiera ocurrido pensar en "ese" animal, una verdadera bestia.
un abrazo
El animal esta latente,al acecho en cada ser humano.Tenerlo domado es responsabilidad de cada uno sin perder de vista que el contexto no es inocente,al contrario que la victima en este caso.
ResponderEliminarmando abrazo,se valora esfuerzo en la sintesis.
¡Soocoorroo! Pero, qué mieDO...
ResponderEliminar¡Menos mal que no hay testigos! Si soy yo, no muevo un dedo.
Una muy contundente manera de retratar a esa fauna de iandaptados que tantas mujeres soportan como autoflagelo.
ResponderEliminarun abrazo!
P.d
pude acceder a comentar desde otra pc distinta a la que uso habitualmente
Juegas con el lector, amigo. Cuando uno vislumbra el final feliz ocurre la tragedia. Con los escalofríos aún recorriendo mi cuerpo te felicito por la manera de trasmitir con el relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Alfredo, imposible comentarte, no me salía verificación de la palabrita, y no eres el único ¡maldito efecto blogguer! ¿Hasta cuando?
ResponderEliminarNingún animal sería tan animal como Sebastián, demasiadas bestias como él, sueltas cada día.
Trágico, corto, insufriblemente cotidiano tu relato. Dos besitos.
Joder Alfredo me has hecho polvo, no sabía que entre los animales podía incluirse esta raza de CERDO.
ResponderEliminar(Tengo el PC "petao y comento desde el notbook de mi hijo que ha venido a comer pera irse de nuevo a la biblioteca, tratare de comentar todos los que pueda o seguiré esta noche cuando vuelva)Besito cálido, mucha historia y bien contada en tan pocas palabras
Ese tipo de animales huelen el miedo y se crecen. Destruyen con el arma mas cobarde y lo peor es que no hay rejas que los disuadan.
ResponderEliminarUn beso
No podía acabar bien cuando hay un humano por medio, borracho e iracundo. Llámale humano, no animal! Si fuera un animal sería buena gente...
ResponderEliminarBesito.
Sin puñaladas pero una amiga griega tiene uno como ese.
¡Qué asco de gente!
Pues si, canalla y bruto como una bestia.
ResponderEliminarPor desgracia hay demasiados animales de dos patas.
Como siempre ha sido un placer visitarte, Alfredo.
Un abrazo.
Mi querido maestro qué lección me has dado de tema, estilo, arte...en tan pocas palabras. Estoy verde de envidia, que lo sepas. Terrible y real relato de un animal humano.
ResponderEliminarBesos
Lastima que en vez de salir con maletas no hubiera salido con otro objeto.
ResponderEliminarSituacion tristemente frecuente hoy en dia que sigue siendo asignatura pendiente de nuestra sociedad.
Tu relato, breve, directo y dramático, como suelen ser esas situaciones que describes.
Un abrazo
Quiero hablar de tu maestría más que de la ferocidad de ese animal que puede que todos llevemos dentro.
ResponderEliminarQuiero hablar de tu habilidad para decir en tan pocas palabras, tanto.
Quiero hablar..pero prefiero leerte de nuevo y meditar, pues este texto da para mucho.
un fuerte abrazo.
Pero que buen giro le has dado acá! Que manera de aprovechar para bien la sintesis(natural en tu caso) y las sutilezas de la analogía!
ResponderEliminarSacar el animal que llevamos dentro!
Aprecio tu poder de transmitir, y tu capacidad de hacerlo con recursos y espacios reducidos.
Lo otro, bueno lo de siempre...el tipo de brutalidad a la que lamentablemente estamos habituados.
Besito
Dura historia la tuya, pero real y con una sinopsis llena de detalles y sucesos... La pena es que todavía hay muchos que creen en eso de "la maté porque era mía".
ResponderEliminarUn abrazo