Este jueves, relato. La comida
Menú degustación:
-1/2 Ensalada de gambas y foie
-1/2 Ensalada de angulas
-1/2 Tacos de bacalao
-1/2 Langostinos
-1/2 Lenguado
-1/2 Rape
-1/2 Perdiz
-1/2 Solomillo
- 1 Postre
Llovía a cántaros. La conducción era lenta y la demora en la carretera la hacía más inquietante.
La mesa estaba reservada para las 21'00 horas. Hoy precisamente era el día en el que el restaurante reanudaba su actividad, después de las habituales vacaciones anuales.
-Buenas noches, mi nombre es Alfredo y tengo mesa para las 9'00, quizá nos retrasemos un poco, esta lloviendo y la conducción es muy lenta.
-No se preocupe D. Alfredo, le esperamos.
De Valencia a Zaragoza, habíamos mantenido el horario previsto, pero la circunvalación en la ciudad maña, estuvo lenta y a veces parada.
Una vez en la autovía de Pamplona, intentamos recuperar el promedio perdido, cruzamos la capital navarra con media hora de retraso, y aún nos quedaba lo peor.
A unos kilómetros terminaba la autovía y empezaba la nacional con su incómoda circulación de doble sentido y sus interminables curvas.
Salvamos el puerto de Azpiroz y repostamos en Tolosa, donde nos dimos cuenta de que: ¡Oh dios! Teníamos una rueda pinchada.
Seguía lloviendo.
-Buenas noches, soy Alfredo, lamento comunicarle que nuestro retraso va a ser algo mayor, estamos en camino.
-No se preocupe D. Alfredo, conduzca tranquilo, le esperamos.
Entramos en San Sebastian, acompañados de un pertinaz chirimiri, lo suficiente como para ralentizar la velocidad. Sólo quedaba atravesar la capital donostiarra y cruzar el río Urumea, por el puente de Santa Catalina.
-Buenas noches, soy Alfredo de nuevo, llegamos en unos minutos, buscamos aparcamiento.
-No se moleste D. Alfredo, nosotros aparcamos su coche, esperamos en la puerta con un paraguas.
Eran las 22'30 cuando entramos en el restaurante, el resto de los comensales nos miraban como si estuvieran al corriente de las peripecias de nuestro accidentado viaje. En el hall se nos acercó un señor a recibirnos, nos saludó, se interesó por nuestro estado de ánimo y después de acompañarnos a nuestra mesa nos dijo:
-Soy Juan Mari, relájense, pónganse cómodos, que después de esos meritorios 600 kilómetros , esta noche, yo elijo por ustedes.
Un largo y accidentado viaje para un digno homenaje.
ResponderEliminarLa categoria de la persona se nota en ese.... "Yo elijo" compensando las peripecias.
Un abrazo
Prefiero salir mucho antes por si encuentres algo de imprevisto pero ni por esa llegas a tiempo porque siempre se complica algo mas...
ResponderEliminarPeripecia con un final feliz...pero muchas veces llegas tarde la cocina esta cerrada y tienes que literalmente vaciar la nevera...ja ja
Primavera
¡Estoy llorando de la felicidad que me produce!
ResponderEliminarTésalo
¿Cuanto hace de eso en casa Arzac? Porque lo encuentro barato, hace mucho, hoy se llega en autopista hasta S, Sebas. ¿Me confundo?
ResponderEliminarAlfredo ante tamaño menú se me hace boca agua y pierdo el seso (¿te gustan rebozaditos?). Mereció la pena el pinchazo, 600 km, la cola en Zaragoza, para sentarse feliz, resoplando a la espera de la inolvidable pitanza. No se estilaba aún la química en la cocina, ni la estética minimalista !mejor D. Alfredo! Amable Juan Mari, espera a quien sea, a d. Alfredo, por supuesto y pone él mismo un menú !glorioso!
!Ave Bacus! Besoooo salivando.
La fecha de la factura es del 1 de Diciembre de 1988, entonces todavía se estaban gestando la Nouvelle cuisine y algunas autopistas.
ResponderEliminar¡¡Pues con 13.000 pesetas en el 88 yo comía un mes y me sobraba para cafedes!!
ResponderEliminarNada, yo es que soy rarita, la comida me dice poco fuera de casa y viajar para comer, pues muchísimo menos ¿Qué le vamos a hacer?
Un abrazo gaforo y apolillado, pero mis berengenas rellenas, ensalada de rúcula con queso de Sifnos, pastelitos de filo con queso feta y requesón, etc, etc... no tienen parangón, amigo!
Delicioso final para compensar los accidentes geográficos y meteorológicos....pero yo, que me creo buena cocinera y disfruto entre cacerolas, digo como Veronica, que con trecemil redonditas pesetas, doy de comer a un regimiento ajaja.
ResponderEliminarBesos
En mi opinión, muy bien pagado. La comida dura ¿cuánto? no mucho, pero el recuerdo sigue siendo agradable de por vida.
ResponderEliminarA ver si compartimos mesa y mantel, sea con otro solomillo de avestruz o con lo que sea.
Un abrazo, amigo.
Exquisito menú (se me cae la babilla) Juan Mari supo atenderos desde el paraguas y bien merecido era. En un sitio así, siempre merece la pena dejarse orientar o en su defecto dejar elegir al maitre, en cambio...por sistema, en otro tipo de "sitios" y no me refiero a que sean “cutres” tengo por norma no pedir consejo, por la sencilla razón de que un amigo que trabajaba en un restaurante de término medio, me dijo que en “aquel" cuando te dejabas aconsejar te ofrecían lo que menos salida había tenido o estaba más próximo a la fecha optima para el consumo.
ResponderEliminarUn lujazo Alfredo, leerte y…uiiiiii iba a decir degustarte jajaja, quería decir degustar este fantástico menú. Beso grandote migo
Pues aquí significaría recorrer una distancia mayor desde los extremos de esta tierra uruguaya... Bueno, en todo caso, venite cualquier día de estos por aquí y te convido con algo casero y sustancioso, la familia no se queja de mis recetas improvisadas y soy de recibir muy bien al que llega sobre todo de tan lejos, jajaj, y por lo que veo por lo menos en otros tiempos no tenías pereza de hacer kilómetros para comer bien.
ResponderEliminarBuena combinación de letras, hoy con mucho estómago más que corazón...jajaj
besotes por tan buen relato de autor.
Que placer Alfredo haber estado alli y tomar los platos que con tanto amor elabora, un hombre al que admiro como profesional y por su calidad humana.
ResponderEliminarMereció la pena ese viaje tan accidentado ¿verdad?
Un abrazo.
El menú luce exquisito. Y el hecho de que hayas guardado a factura por tanto tiempo me dice que la ocasión y la comida fue memorable.
ResponderEliminarPero me quedo con curiosidad, ganas de saber el porqué de tan largo viaje ajetreado para ir a cenar?
Seguro hay algo más allí!
Te mando un abrazo Alfredo
Hola Alfredo.
ResponderEliminarPor cuestiones familiares visité la maravillosa San Sebastián dos veces en los últimos diez días. Conozco ese Restaurante, increíble.
¿Sabes? Me ha encantado el menú, tu ruta accidentada de viaje, y ese relato culinario que no tiene desperdicio. ¡Qué aproveche!, D. Alfredo
Bueno en realidad el lujo y el poderio tiene eso y tu pudiste disfrutar de esa cena y ademas te aparcaron el coche, lo que no se es si te pareció caro en aquel tiempo, por aquella epoca no manejaba mucho dinero.
ResponderEliminarUn beso, guapo
Menuda peripecia; pero parece que mereció la pena por ir a ese magnífico restaurante.
ResponderEliminarUn abrazo
Supongo que cuando se realiza tan magno viaje es porque al menos el evento se prevee importante. Que curioso que conserves esa factura, seguro tiene su significado, la cena debió ser magnífica.
ResponderEliminarUn abrazo
Aggggggg! ¿No se guardo mni comentario? ¡NOOOOOOOO!
ResponderEliminar¡Joder! Te decía mil cosas. A ver, que me gustó la sencillez y frescura y cercanía con la que relatabas esa entrañable experiencia. que no me puedo creer que fueras hasta ahí sólo por la comida. Que yo no lo haría, si no por estar con buenos amigos. Y que a mí me duele mucho gastar según que cantidades para comer. que no, que no pago por comer en el BULLI, por ejemplo, ni que lo tuviera.
ResponderEliminarY que besosssssss
Gracias a todos por los comentarios.
ResponderEliminarQuiero aclarar algunas dudas, sobre todo, para evitar traumas existenciales que podrían poner en peligro el sueño de más de uno (jajaja).
El viaje surgió de forma espontánea un sábado a mediodía, después de una semana dura, dura, dura. Regina (mi esposa) y yo quisimos hacer un punto y aparte y nos regalamos esa locura.
El relato es tan real, como he sido capaz de recordar. (hace 23 años)
Lo cierto es que entonces no habían autopistas y que Arzak abría el 1 de Diciembre, después de sus vacaciones anuales (todavía hoy, me pregunto como pudimos reservar mesa tan sólo unas horas antes)
En esta ocasión fue Arzak, pero otras veces que hemos ido a San Sebastián, nos ha valido exactamente igual los bares de pintxos de la zona vieja, porque lo que realmente nos atrae es la capital vasca y su entorno.
Ceci, el "porqué" de este viaje no estaba allí, venía conmigo.
Besos y abrazos, por doquier
de todas las maneras, alfredo, lo que tenía que haber dicho el josé mari es que os invitaba, ¡qué cullons!..
ResponderEliminaraun así,no se pensó en parar en cualquier sitio y comese un bocata calamares o de jamón o de chorizo o de tortilla española?
un día iré por ese restaurante y le diré al arzak que me invite, pues te debe una invitación.
saludos, amigo.