Este jueves, relato: Una foto para mí.
Slogan: «En un pequeño cuarto de un hotel».
La habitación del fondo. La 820, la que no da a ningún jardín. La de los ruidos del tráfico y de las máquinas de aire acondicionado. La que fue testigo de tus preguntas y mis respuestas.
La habitación del fondo. La que sintió cómo mis deseos salpicaban las sábanas blancas de la cama y rebotaban en sus paredes enteladas con lino escocés.
La habitación del fondo. Luminosa incluso en penumbra. Testigo muda de nuestros olores, los tuyos y los míos, de los tres porque fue entonces cuando decidimos tener un hijo.
La habitación del fondo. La de conciliar diferencias. Sobrecogedora para dos artistas saturados de ideas abstractas en busca de la comunión romántica.
Todo lo que era hermoso y poético lo encontramos en la habitación 820, la del fondo.
Buena poética para un corredor anodino que toma personalidad y vida, con tus sensitivas palabras. El problema es ver de ahora en más, la puerta de esa habitación que pertenece a una señora con ruleros y batón que se asoma con su gato, por el períodico y cuyo rostro parece que hace tiempo no ve a Dios. (jajaja). Inmejorable descripción de cómo concebir un hijo, una idea o simplemente la ilusión. (aunque te faltó el título o slogan que la defina, te doy por más que aprobada la tarea ;) besos
ResponderEliminarPuedes dejar la dirección del hotel?...ya se me antojó esa habitación...jejee bss jueveros
ResponderEliminarTras cada puerta hubo una historia, por aburrida o emocionante que fuese. Me ha encantado sentir esa vida dentro de ella, una habitación embarazada que propició otro.
ResponderEliminarUn beso, Alfredo.
Me has hecho recordar una habitación similar con los ruidos del aire acondicionado, aunque mi estancia en ella no fue tan bonita como la tuya.
ResponderEliminarGenial la forma en que te inspiraste con esta imagen que Cass nos regala!...muy poético, muy romántico, muy 'redondo"
ResponderEliminarUn abrazo
No importa el marco cuando se dibujar sueños y se hacen realidad a la corta o a la larga.
ResponderEliminarUn beso enorme.
la habitación del fondo, una flor en si misma...
ResponderEliminarun abrazo, Alfredo.
Me encantó el texto. Esa capacidad de llenar una habitación de vida con solo la foto del pasillo. Esa habitación será tu habitación, la de ustedes tres... Saludos. Pablo.
ResponderEliminar¿Qué no ha de pasar en la habitación de un hotel? Todo lo que tú dices tan bien dicho y otras cosas que igual no se pueden contar.
ResponderEliminarUn abrazo
Mira que cuando mire esta foto pense: que frialdad. Pero tu has sabido llenarla de calor y de luz. Te ha quedado bonito, bonito. Abrazos.
ResponderEliminarMira que cuando mire esta foto pense: que frialdad. Pero tu has sabido llenarla de calor y de luz. Te ha quedado bonito, bonito. Abrazos.
ResponderEliminarEncontrar la belleza y la poesía en una habitación de hotel, sin hermosas vistas, entre los ruidos de los coches y los de la máquina del aire acondicionado, sólo es posible bajo el poderoso influjo del amor. Y creo que de eso, en la 820 hubo para dar y regalar. ¡Ah! y para procrear.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Todos guardamos un recuerdo secreto de una habitación del fondo... Me gusta lo que ocurrió en la 820. Habrá que volver a cruzar ese largo pasillo.
ResponderEliminarBesos
Por un momento temí terminar como "Shining"... pero me encantó haberme equivocado!
ResponderEliminarUn beso.
Los hoteles y sus habitaciones...Fijaté, cuando nos toca una habitación como la 820 nos enfadamos, y algunos hasta se amargan todos los días de sus vacaciones. En cambio, tus protagonistas ni se fijaron en lo incomoda que era la habitación. Tenian mejores planes y el amor entre ellos se multiplico. Seguro que la recuerdan como la habitación mas bonita de todos los hoteles.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu jueves, querido amigo.
Disculpa que llegue tan tarde, pero con la mano izquierda soy muy lenta escribiendo. Aun estaba deseando leerte.
Abrazos y un besazo enorme para ese nieto tan guapo que tenemos. jajajaj
Me han entrado ganas de hotel, de visitar ese rinconcito...qué maravillosa habilidad la de dotar de alma a esa foto y crear un santuario de un solo número, el 820 de esa habitación en la que tanto pasó...bravo y enhorabuena...
ResponderEliminarun abrazo
Me han entrado ganas de hotel, de visitar ese rinconcito...qué maravillosa habilidad la de dotar de alma a esa foto y crear un santuario de un solo número, el 820 de esa habitación en la que tanto pasó...bravo y enhorabuena...
ResponderEliminarun abrazo