Este jueves, relato. El Bosque.
El Bosque Animalado.
A las cinco de la mañana El
Bosque abre sus puertas. Nadie sale, y sin embargo un ganado de variopintos
seres motorizados espera impaciente para entrar. Dentro, las acacias se
desperezan alargando sus ramas paralelas a la tierra roja. Las cebras recogen
sus paletas escurriendo y limpiando los pinceles del blanco y negro que quedó
después de su aseo diario. En un claro, al descubierto las gacelas arriesgan
hoy, igual que ayer, su vida ante el imprevisto e inevitable ataque mortal del
depredador de turno. Simba vestido de lentejuelas doradas que caen en chorro
por ambos lados de su cuello, despierta con cariñosos bocados a los cachorros
que seguro hoy, aprenden una cosa más. La Laguna Seca, después de las grandes
lluvias rebosa de agua cristalina que dibuja con nitidez el cuerpo de los
hipopótamos sumergidos en sus poco profundas orillas. Todo está preparado para
la Gran Fiesta, la de cada día.
Los primeros Toyota, hacen su
entrada siguiendo los indicadores de un circuito, que no van a respetar. La vida de hoy, ausente mañana, quedará impresa en una interminable lista de tarjetas de no sé cuántas gigas, pero que acompañarán siempre al portador de una entrada al Bosque Animalado.
Hola Alfredo: un poco particular este bosque tuyo,en el que hay gacelas hipopótamos etc. ¿No te habrás confundido con la selva?.
ResponderEliminarTe envio muchos cariños,y el relato esta muy bien. mejor que bién: Buenísimo.
Me gusta tu bosque por su originalidad.
ResponderEliminarme gusto mucho el relato muy bueno
ResponderEliminarmira que da asco el ser humano. es original, saludos ^^
ResponderEliminarVisitamos los lugares sin detenernos y coleccionando destinos como trofeos sin empaparnos de lo que vemos. Saludos y enhorabuena.
ResponderEliminarMe acuerdo de la peli de J.L Cuerda, mágico bosque animado, la Santa Compaña y un Landa entrañable, bosques de helechos, húmedo.
ResponderEliminarEn el bosque de Simba los intrusos arrogantes causan estragos en el animado bosque y en la laguna Seca, más que veinte mil siglos de natura impasible y lógica.
Besitos.
Y bien... si este es el mundo que nos va quedando, pintado y de lenjuelas, habrá que aprender a vivir en él, si no hemos podido ser capaces de salvar ese real, que habitaba en la naturaleza sin cámaras fotográficas, ni toyotas esperando para entrar...
ResponderEliminarMuy bien reflejado, un mundo que se parece más al actual que el que desearíamos disfrutar.
Tus letras siempre atrapan, ojalá pudieran atrapar ese esencia que se nos escapa día a día.
un fuerte abrazo, socio.
Tu bosque invita a la reflexión. ¿ Que clase de planeta queremos dejar a nuestros descendientes ?
ResponderEliminarParece que nos resulta imposible cuidarlo. Tal vez tengamos que hechar mano de la imaginación y los recuerdos para poder soñar que es posible aún, pasear por un bello bosque sin sentirnos tristes por tanto destrozo inutil al que le sometemos.
Besos amigo.
Los bosques-espectáculos rodeados de humanidad y desierto... Eso es lo que nos queda... A pesar de ello, aún hay quienes no aprecian su supervivencia y pretenden seguir devorándolos poquito a poquito, hasta que un día tengamos que ver los árboles y sus habitantes en un museo de historia natural...
ResponderEliminarEs una buena reflexión, la naturaleza mezclada con coches, motos y toda clase de seres que nos ayuda poco a respetar la naturaleza.
ResponderEliminarBuen relato
Un abrazo
Resulta ser hoy tan escasa la naturaleza, que su observación -a modo de espectáculo y rareza- será pronto un lujo que podrán darse sólo unos pocos.
ResponderEliminarUn abrazo
La Naturaleza como objeto de consumo turístico, como si de un monumento se tratara. Todo lo convertimos en espectáculo, en destino de tour operator, todo lo pervertimos. Consumo el cual, para más inri, realizamos de prisa y corriendo sin siquiera profundizar en su esencia. "Si hoy es martes, esto es el Serengueti y eso medio sumergido en el agua, hipopótamos (supongo)".
ResponderEliminarUn abrazo.
Y siempre llega el humano a arruinar todos los paisajes naturales.
ResponderEliminarUn relato para pensar.
Un abrazo.
Es triste a lo que el bosque se ha reducido; a lentejuelas, degradación y mentiras. Gran relato. Con un principio sutil y un final muy contundente. Me ha dado mucho gusto pasar por aquí.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Me perdonas que me salga un poco del tema, pero me he acordado del gran Leo Verdura, ese león de cómic que posaba sobre un promontorio para ser fotografiado por los turistas.
ResponderEliminarMe gustó mucho que nos traigas sabor de África. Y esos pinceles con pintura blanca y negra de las cebras, muy bueno.
Abrazo, amigo.
No me gustan las visitas organizadas a casi nada, no se disfruta plenamente y todo está trucado.
ResponderEliminarQuiero la naturaleza en su propia salsa, sin aditivos.
Besos.
Leonor.
La perversión del relato está en los toyotas??
ResponderEliminarUn beso, amigo. Ocho manos te saludan.
Creo que aún así, con todo dado y casi puesto en bandeja somos incapaces de ver y disfrutar, !que pena!
ResponderEliminarUn abrazo pintor de palabras.
Muy bonito el relato. Una pequeña crítica a nuestra ignorancia natural. En toyota, con tacones, tabaco y colonia. Pero qué ganas teníamos de colgar la boina. Un saludo y gracias por animarnos con tu relato.
ResponderEliminarUn bosque muy peculiar maravillosamente descrito, lástima que solo interese a los humanos como mero recuerdo para mostrar a los amigos todo lo que han captado sus cámaras y que ellos mismos no han sabido disfrutar en el momento, solo a través de los objetivos.
ResponderEliminarA mi me ha llevado a una película, no recuerdo mucho su nombre la vi cuando era una niña, y si hace tiempo. Algo del Paraíso perdido, creo que se llamaba. Y mostraba como tu bosque, selva, áfrica mía a cada cual con sus costumbres y la fiesta cuando llegaban las grandes lluvias y después la vegetación los inundaba para alegría, claro que así también, la sequía los va matando. Algo parecido a la realidad? que la sequía de proteger la naturaleza nos va a ir matando.
ResponderEliminarUn abrazo Maestro:)