Este jueves, relato. "Palabras para una imagen"
A las 6 de la mañana, cada día, el campo abre sus puertas, y los hombres y mujeres de la casa, fieles a sus tareas de temporada, reparten los quehaceres al abrigo del amanecer.
La demanda del valle es amplia y también su oferta.
Alan es el primero en salir. Es el capitán de un ejercito ovino, rebaño taciturno y disciplinado como pocos. Las ovejas y carneros en numero de 110 en total, son el futuro de la familia, su piel, lana, carne y leche pagarán los estudios de los pequeños y la tranquilidad de los mayores.
Desayuna solo. Prepara la leña y calienta los fogones. El aceite de la sartén chisporrotea al tiempo que Alan, distribuye en el banco los enseres del desayuno, los huevos, el pan tostado, la mermelada y la leche fresca de hace unos minutos.
Abre la puerta de la cocina que da al valle y en silencio, consigue movilizar 110 soldados de pezuñas desnudas y abrigo de lana e inicia la lenta cabalgata de cascabeles, que le devolverá, al anochecer, más iluminado que nunca.
Me encantan los rebaños de ovejas, verles ocupando pacíficamente el campo. Disfruté el relato y la música.
ResponderEliminarAsí que solo darte las gracias.
Un abrazo, Alfredo.
dicen que muchos de estos capitanes de "tropas" son buenos poetas...
ResponderEliminargracias Alfredo, precioso relato.
Pilar
Mmmm hasta aqui llega el aroma de la leña chamuscandose en los fogones.
ResponderEliminarQue decir amigo,toda la frescura de ese valle plasmada en una pintura descriptiba casi real o sea ingreso en el paisaje tanto como parte de la manada,tostada o chicharron,al caso da igual.
Realmente una delicia de percepciones,me fuí pipón
Saludazos
Alan, en escocés y bretón, quiere decir "el bello", y lo es, su hermosura radica en su vida y en las desnudas pezuñas de su compañía lanera, y en ese valle que se refleja en sus ojos.
ResponderEliminarBello, bucólico, pero existe.
!Salve Alan! Bravo Alfredo, me voy al aprisco a tomar un sorbo de leche verdadera, espero que no me
provoque sarpullido, que una con tanta desnatada total + cal, ya no sabe lo que bebe.
¿Sabes Alfredo? acabas de llevarme a casa de unos tios mios que vivian en el campo y alli con doce o trece años me llevaron mis padres a pasar el verano. Tenían muchas ovejas y bueno igualito, igualito todo a lo que has contado !dios que recuerdos tan bonitos!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un relato perfecto para adaptarse a esta imagen que hoy nos da marco para nuestro acostumbrado andar juevero!
ResponderEliminarSaludos bien verdes!
Me gusta ese ejército de pezuñas desnudas y abrigos de lana. Me gusta ver las bandadas (asi dijo un día mi sobrino, una bandada de ovejas) de ovejas desplazándose en la inmensidad del paisaje. Esa es la imagen que tengo, traída del sur de mi país: un espacio sin fin y en medio una reunión de ovejas que marchan juntas hacia el horizonte.
ResponderEliminarBeeeee Beeeee Besos Alfredino!
Una finísima estampa de un trabajo duro y recio. Una nube blanca que deambula en esa hierba y un hombre que cumple su tarea con dignidad.
ResponderEliminarUn relato noble y bien escrito.
Un placer leerte y una sonrisa a ese amanecer.
Un fuerte abrazo.
El capitán y sus pequeños y lanudos soldados. Pasarán el amanecer de camino hambriento y el atardecer satisfechos los estómagos. Hasta mañana.
ResponderEliminarGracias por la música, guapo.
Un paisaje da de comer, es fuente de recursos en la subsistencia de sus gentes.
ResponderEliminarLos animales son objeto de metáforas. Como cuando te refieres a un ejército de pezuñas. Incorporan un interés estético,
científico, afectivo...
Tésalo
Menudo ejercito, seguro que deseoso de salir a pastar en ese remanso de paz. Muy bueno Alfredo. Besitos
ResponderEliminarcomo tipo de campo que soy...perdón, que vive en un entorno de campo y como tipo pueblerino que soy, he de decirte que los ecos que me llegaros, que las visiones que he podido alcanzar a observar de casas viejas...puedo decirte esto:
ResponderEliminaren una ebaño hay pocos, muy pocos carneros...en un rebaño de ovejas pocas son las que llevan el cencerro...eso sí, son animales "bobos"...también puedo decirte que la mermelada, que yo sepa, como que no se daba en sos tiempos, tiempos en los que has asentado tu relato...¡idílico?...considero que te falta un burro para que el pastor salga al campo verde...por otra parte, si el campo es de secasno como el mío, creo, que no lo sé con seguridad, y hablo del antaño, sólo se podía salir a él después de la cosecha...ah, y si se dejaba alguna tierra de barbecho, pues luego en ella crecían espigas que habían nacido debido a que simpre se deja un grano en la tierra debido a la imposibilidad de recoger todo el grano...ah, considero que tan sólo él no se levantaría: la esposa trabajaba tanto o más que él pastor...de eso sí que he tenido visión directa, no aca, en vezdemarbán, pero sí en el territorio de sayago, zamora...y...no sé qué más añadir...
te he viso de un idílico fenomenal, amigo...medio beso.