Este Jueves, Relato. Las Redes Sociales (Revisión)
El Sol entraba en su habitación dibujando los vacíos
secuenciales de la persiana que, entreabierta, se obstinaba en asumir un rol
que no le correspondía. Aleph dejó de prestar atención a esa sombra de
claroscuros y con un leve giro de cabeza, intentó concentrar la atención en el
fondo de su pantalla.
Este acto inconsciente, el de desconectar de lo cotidiano y
conectarse a una realidad virtual, fue un reflejo mecánico ausente de memoria,
casi como un atardecer, un momento de paso, sin dolor, sin felicidad, con total
ausencia de datos.
Abducido por la pantalla, Aleph, imaginó una historia de
ficción, sin nombres, ni apellidos, una emoción nacida y ubicada en este
sistema de comunicación tan sofisticado que es la Red de Redes y en la que uno
es un Dios, un animal, un dibujo animado, un ojo escondido en un fondo de
pantalla o simplemente una silueta gris sobre fondo gris.
Y así, en este estado catatónico, le habló a la pantalla: “Mi
nombre es I.P. 134.32.106.42”. Las máquinas no se equivocan y esta identidad es
la única real que manifestó, no la pudo obviar, pues así le bautizó Telefónica
del Mundo. El nombre de su blog, su contraseña, su perfil, su foto, sus libros,
películas o música preferida, su edad, su signo zodiacal o el chino, son los
que son, pero podrían ser otros bien diferentes, podría ser de izquierdas o
derechas, casad@ o solter@, podría ser Hombre o Mujer.
Al instante, alguien desde el fondo de la pantalla le contestó,
era I.P. 23.127.89.33 y le dejó un comentario: “Mi nombre es Casiopea, llego a
ti a través del blog de Andrómeda y veo que tenemos muchas coincidencias, me
gusta lo que escribes, te seguiré leyendo, Besos”.
Para empezar no está mal, uno empieza desnudo y cuenta sus
medias verdades con la intención de que como nadie las leerá, al final se las
terminará por creer él mismo. El vacío bloguero es demasiado denso y evidente,
uno frente a nada o casi nada, al menos al principio y, tiempo habrá de que las
redes extiendan sus redes. Aleph, contestó: “Hola, Casiopea, gracias por tu
visita, efectivamente tenemos muchas cosas en común (¿) será un placer sentir
de nuevo tu presencia en este patio de recreo, a mí, también me gusta lo que
escribes, Besos”.
I.P. 134.32.106.42 se pregunta, ¿Quién y Cómo será I.P.
23.127.89.33?. De repente te encuentras con alguien de rostro abstracto, pero
de mensajes meditados, de rasgos inciertos y de narraciones fantásticas, tus
neuronas se inquietan, buscas hilos con los que tejer un traje a la medida. Y
nos emocionamos ante tanta imprecisión, una nueva locura, adoramos la pasión
del viaje por los mares de la Odisea y que los cantos de sirena nos mezan con
sus siseos cibernéticos.
I.P.134.32.106.42 persevera e I.P. 23.127.89.33 le corresponde y
ambos asisten en el más ruidoso de sus silencios a una comunicación que “in
crescendo” toma forma de Amor indefinido.
Pero, ¿qué sabe realmente I.P. 134.32.106.42 de I.P.
23.127.89.33 y viceversa?.
¿No es esta, una historia imposible que confirma la existencia
del romanticismo, al menos en la Red de Redes?
Me ha encantado esta historia, Alfredo!...tienen un sabor particular, entre romántico y triste que nos enternece desde el vamos.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo!
Confirma, Alfredo, tu soltura, ingenio a la hora de escribir y describir eso, la red, eso intangible al tacto, pero virtualmente real. Me ha prendido ese éter, ese número anónimo, esas constelaciones borgianas, navegar tus espacios es un placer auténtico.
ResponderEliminarBesitos.
Muchas gracias, Alfredo. Voy a mirar esa mención de la que me hablas.
ResponderEliminarPor cierto, aprovecho y te tildo un despiste: no se puede separar con coma "El sol" de su oración completa (despistillos, solo eso, que tú escribes "niquelao".
Y tanto que sí... aunque luego lo triste y feo sea lo real, mientras duró fue hermoso!
ResponderEliminarQué bonito, me gustó. Romanticismo extraño y difuminado, pero que se siente.
Besito.
Oh...esta red, esta trama, este enjambre. Maravillosa internet que nos encontró en el fondo de la red de redes. Es fácil enamorarse aquí. Sostenerlo?
ResponderEliminarBueno, habrá que averiguar y hacer estadísticas.
Quizá Google tenga alguna.
Sutil relato que delata una vez más tus cualidades de escribiente.
un abrazote en red
Esta historia es maravillosa. Tengo la impresión de que un trozo de corazón vuela a través de la imagen de I.P. a I.P.
ResponderEliminarNavegar a través de un espacio virtual, es algo muy sugestivo.
Un abrazo.
Hola Alfredo
ResponderEliminarPreciosa y romántica historia Enamorarse de unas letras, de unas palabras entretejidas por unos dedos virtuales que se dirigen hacia otro ser virtual a través de una distancia incierta.
Quien sabe, quizá algunos hayan sido capaces de convertir la virtualidad en realidad
Un beso de Mar
Querido Alfredo eres capaz de hacer una novela, una poesía de algo tan carente de sentimientos como la red.
ResponderEliminarPrecisamente, porqué pensé que no debía ser un número más, pues casi era un desdoro para mis amigos, decidí salir del armario....
Transmisión de pensamiento?????
Puede ser. Como estamos cerquita, las ondas ercianas (????¿¿¿¿¿)llegan antes.....
Por cierto muy "rebuscado" el nombre del protagonita.
ResponderEliminarEl Aleph es un libro de cuentos compuesto por el escritor y poeta argentino Jorge Luis Borges. Fue publicado en 1949, y reeditado por el autor en 1974. Característico del escritor bonaerense, sus textos hacen uso de una infinidad de fuentes y bibliografías, y mediante ellas reconstruye los mitos y las metáforas de la tradición literaria universal.
o... talvez te refieras al nombre de la revista de cibernautas.....?????
fieras a la revista de cibertautas....
como no va a existir el romanticismo en las nuevas redes sociales si al fín, el medio y la forma son "la palabra"
ResponderEliminar¡¡Bravo por Luna!!
ResponderEliminarEsta "salida de armario" aclara algún misterio, pero sigue dejando otros muchos que llenan de magia esta cosa compleja que son las Redes. Bonita y simpática foto, bueno... ni más ni menos que como tú.
Ah! lo del Aleph, es efectivamente por el libro de Borges.
Mónica:
El romanticismo y la tristeza van de la mano en esta forma de vincularse, no se puede tener todo, pero reconozcamos que esa tristeza tiene algo de tiernas espectativas.
Natàlia:
Gracias, no sé si la Red es más o menos Red cuando le pones cara al anónimo, pero te aseguro que a mi me gustó.
Mercedes:
Gracias "seño". Por cierto hablando de despistillos, tu "solo" no hago mas que mirarlo y se me ocurre que debería ser "sólo" o quizás me equivoco.
Verónica:
Extraño y difuminado efectivamente, pero al mismo tiempo ilusionante y esperanzador, porqué a veces los sueños se cumplen, no?
Cas:
Que te voy a decir a tí, que tu no sepas, sueño con el día que te tenga delante y te toque, para ver si eres de verdad.
Celia:
Si, cuando pones el corazón, las cosas se hacen más sugestivas y el que te lee, lo percibe seguro.
Mar:
Tú sabes que las letras y las palabras son sólo una carta de presentación, la pregunta sería... ¿Cuantas cartas de presentación harían a una persona?
Pilar:
La palabra, montada en el caballo de la comunicación, emitida y dirigida para dar en la diana de las emociones y sentimientos, el resto parece más fácil.
Besos a todos
jajajajaja directo al hígado!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMe encanta que hayas escogido este relato, porque recuerdo la primera vez que lo leí y ya me rendí a tu forma de escribir y sobretodo a tu imaginación.
ResponderEliminarRomanticismo en la red??, pues claro que si.
Entonces creo que lo titulaste
" Me enamoré de una IP" ¿no?
Sigue siendo genial
Besitos
Aunque le falte vista, tacto, olor ... sigue siendo romántico un encuentro entre IPs. Quizás por eso mismo, porque dispara la imaginación y las palabras reemplazan todo lo demás. Y ya sabemos la fuerza que pueden tener las palabras. Y las palabras de esa plaza lejana ni te digo ..., si, si, la plaza del Diamante, esa!, ese tipo si que sabe como manejarlas.
ResponderEliminarUn abrazo, Alfredino!
¿Qué sabemos realmente de nadie? Da igual a través de la pantalla que cara a cara. Todos tenemos un perfil público, en la red y en la vida, y uno privado, tan privado, que a veces ni nosotros mismos lo conocemos.
ResponderEliminarPero sabemos quien nos gusta. Se llame Casiopea o un número de IP. Es algo irracional dentro de la racionalidad del tejido cibernético.
interesante relato Alfredo. Enamorarse de una I.P. Sin plantearse siquiera que detras de esos numeros hay una persona.
ResponderEliminarBesos
te contestare a mis amneras, alredo...
ResponderEliminarme das envidia, por no decir de que estoy hasta las narices d etenerte envidiaa, sanaaaa, ehh...me sigues sorpendiendo...¡¡ gracias por ello, amigo...
quiero recalar en eso del romanticismo...
del romanticismo diria que el amor es en cierta manera un acto virtual? podria ser asi, alfredo?
del romanticismo diria que existe el ocultismo, ese amor por lo mitico, por lo inexplicable? puedeser asi, alfredo?
del romanticismo diria que lo irreal prima...podria ser asi , alfredo?
y si en cierta manera llevo razon, que ahora , asi, a lo rapido no lo se, yo diria que redes de redes y romanticismo se unen...
quiza me haya lanzado con demasiada imaginacion, alfredo, quiza no haya sopesado lo que era el romanticismo meditandolo demasiado...en todo caso, pongamos que llevo razon y que la red de redes es lo mismo...
saludos, amigo alfredo.
Nunca podría imaginar a dos IP enamoradas y me encuentro que no solo e sposible sino tan bien relatado como tu lo haces.
ResponderEliminarMagnífica tu creatividad Alfredo.
Un beso
Pero que sabe nadie de las preguntas y respuestas, de los sueños, de las puertas, de las alas, de los nudos que se tejen detras de cada nick?
ResponderEliminar¿porque a algunos les parece una locura sentir solo atraves de las letras? Desnudar los sentimientos o mentir siendo lo que el otro quiere que sea... redes, redes, redes. ¿trampas?
Un besazo
Muy bien, Alfredo, por la pregunta sobre "solo". Ya comentamos que solamente si el "solo" se presta a confusión debe llevar tilde. Aquí no creo que ocurra, por eso se la "sisé".
ResponderEliminarUn abrazo redondo.
Que manera de describir un relato, siempre salgo sorprendida de tu genio magico a la hora de escribir.
ResponderEliminarPrimavera
Si Tere, está algo retocado, pero en el fondo es lo mismo, no podría ser de otra manera y lo curioso es que aquello que me motivó a escribirlo hace más de dos años sigue estando vigente.
ResponderEliminarAny:
¿Como huelen las palabras? no lo sé, pero yo os imagino a vosotros y me hago una idea, y me resulta fácil poner calificativos que sustituyan a los aromas... tú por ejemplo hueles a Agua de Colonia fresca.
Teresa:
Parecido a la vida real, siempre tenemos un yo escondido, a veces sin intención. Y efectivamente sabemos quien nos gusta, porque al final cruzamos y compartimos cosas que en el medio anonimato, suelen ser igual de sinceras que en la vida real.
Inma:
Los números y las direcciones de correos, son sólo eso, y no serían nada si no hubiera detrás una persona. Otra cosa es como nos llege y recibamos al que está detrás.
Gustavo:
De que me tienes envidia, si con este romanticismo de andar por casa, no me como un "torrao".
El romanticismo está en nosotros, como tu muy bien sabes y las Redes resultan enriquecidas a nuestra costa. Algún día les pediremos royalties.
Mª José, me estoy preparando por si acaso, nunca se sabe donde puede saltar la...
Rosa:
Tus comentarios, adquieren categoría de relato, con esa sutileza que te caracteriza.
Y no, ya que lo mencionas, no es una locura sentir a través de las palabras, con todas sus consecuencias.
Vale Mercedes, aceptaré "solo", como animal de compañia,.
Gracias.
Primavera:
Gracias, sólo quiero gustarme y gustaros.
Besos y abrazos a todos
Qué bonita. La verdad es que si las máquinas tuvieran corazón sería demasiado, nunca se sabe, tal vez algún día.
ResponderEliminarMuy bonito relato
Un abrazo
Muy original, muy buen punto de vista por el que has abordado el asunto.
ResponderEliminarMe gusta muy particularmente el comienzo del segundo párrafo.
Un abrazo
Alfredo como siempre sorprendiéndome gratamente. Perdón por el retraso estoy accidentada y solo me pongo con la IP a ratillos. Magnifica historia romántica, anónima. Creo que el anonimato le puede dar ese toque de pasión que les falta a muchas historias reales. Parto de la base con la cual estoy totalmente de acuerdo, en que uno puede perfectamente enamorarse de unas palabras escritas. Muchas veces hay “filin” con un ojo o una flor al otro lado y no lo hay frente a un rostro, con su fecha de nacimiento, su ciudad, su estado civil y demás.
ResponderEliminarComo en todo para gustos se hicieron los colores y para el buen gusto tus escritos. Un beso