Este jueves, relato: Génesis de un personaje.
Richard no había
nacido. No había nacido, para figurar en el cuadro de honor con el que la Academia
de Sabios Mundial, premia la labor de los pensadores más influyentes del siglo.
Richard era tan
sólo una sombra de sí mismo. Un proyecto inacabado. Una promesa en ciernes. Un
cuerpo perdido en su mediocridad más próxima. Un alma sin mancha, dispuesta,
sin quererlo, a enturbiarse con la primera basura que se le cruzase por ese recién
iniciado camino. Nunca era el momento para modelar su génesis. Y así fueron
pasando los años. Gris, impersonal, intranscendente, desapercibido, irrelevante,
oscuro hasta no existir.
Richard no había
nacido para los demás. Su historia estaba por escribir. Yo la conocía y su
segunda parte, la de su vida con luz, que en este caso sí sería extraordinaria,
estaba llena de títulos, méritos, reconocimientos, glorias… todo un prócer de
referencia.
Yo venía del futuro
y conocía esa segunda parte. Envidiable. Codiciada. Excitante. Pero sólo yo sabía
de ella, ni siquiera él imaginaba el más mínimo detalle. Por eso, seguramente
no hizo nada cuando se inyectó esos gramos de más, irremediablemente mortales, de cocaína adultera.
Esa fue la primera y única vez que salió en los papeles.
La ilustración de cabecera es de Pilar Fdez.-Pinedo
La ilustración de cabecera es de Pilar Fdez.-Pinedo
Extraña manera de volver a nacer!... ser quien se llega a ser gracias a la mediación de un extraño de otro tiempo, muy ingenioso el giro que le diste a la presentación de tu personaje. Muchas gracias Alfredo por sumarte a la convocatoria. Un fuerte abrazo
ResponderEliminar¡Qué bueno! Todo lujo de detalles para acabar arrastrado por el "polvo".
ResponderEliminarun beso
Richard, en el espejo de los sueños ni tan siquiera soñados...
ResponderEliminargracias, Alfredo, por ilustrar con tanta potencia la imagen...
un abrazo
un abrazo
Un personaje , que aún sin haber nacido, lo has dotado de una personalidad que puede atreverse con cualquier continuación que le des a si historia.
ResponderEliminarUn personaje , que aún sin haber nacido, lo has dotado de una personalidad que puede atreverse con cualquier continuación que le des a si historia.
ResponderEliminarUn futuro de gloria truncado por la mierda.
ResponderEliminarPerdón, se me fue la rabia al teclado.
Un beso, compañero.
Dura historia la de Richard.
ResponderEliminarCuando he leído lo de "alma sin mancha" pensé que habría un halo de esperanza... pero... no sé... a lo mejor en ese final estaba la esperanza que había perdido.
Un texto tremendo.
Un beso enorme.
Qué pena que Richard no supiera a tiempo que le esperaba una historia mejor. Un relato durísimo!
ResponderEliminarUn abrazo.
Claro, un personaje tan envidiable en su futuro que ni tú mismo tuviste el valor de crearlo para que te opacara completamente...(no sé...igual se me ha ido un poco la cabeza, Alfredo)Un relato excelente, por supuesto!!!
ResponderEliminarUn beso
Se perdió esa vida interesante. Nunca se debe tirar la toalla aunque nos sintamos invisibles y vacíos porque dentro de nosotros mismos está el autor de nuestro personaje con luz.
ResponderEliminarUn beso.
Desgarradora historia, amigo Alfredo. por desgracia han habido muchos personajes que no han podido superar, el olvido, y la mediocridad. Un saludo entrañable con recuerdo icluido.
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