Este jueves, realto. En un lugar de Verona...
En un lugar de
Verona, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho que vivía un joven
tonto y afortunado del que poco se sabía. Ensimismado y soñador, se daba a leer
textos de amor, alejándose en esta suerte de toda acción, refriegas y
curiosidades sobre el comportamiento de hombres y bestias.
Es pues que,
de esta forma, Romeo de Quijano, que así se llamaba, modeló en su mente el
sueño que había dibujado en forma de hermosa dama. Sembró su casa con libros que
hablaban de enamoramientos, desengaños, dichas y desdichas e incluso cartas
donde la razón de la sinrazón se empequeñecía ante su Diosa de humo.
Así, dejado en
sus pensamientos se le veía cada mañana creciendo ajeno al renovar de viejos
odios con sus vecinos de enfrente, también de similar rango y poder.
Al atardecer,
en su mirador, abandonado en la mística contemplación del deambular de carretas,
una caminante le sobresaltó: Qué y quién era esa visión de su sueño en forma de
hermoso aliento. Bajó y abordó a la dama, su sangre se alteró y su voluntad
quiso que satisfacer la de ella fuera posible. A partir de ese instante, su
única, señora y amada Dulcinea. En esto, los faunos y sílbanos acompañantes de
la enamorada reconocieron al entrometido enemigo prometiendo venganza.
Tenía el joven
un mozo cuarentón, Mercurio de nombre y de apellido Panza, que lo armaba y le
ensillaba su rocín. Orondo como pocos y sabio como ninguno no sospechaba que
sería el blanco del arbitrario castigo: El Fauno mató a Mercurio y Romeo mató
al Fauno.
El drama
estaba servido y la tragedia por consumarse. Dulcinea abatida decide consultar
con su confesor. Éste conviene en ofrecerle una droga que la someterá a un
intenso coma durante dos horas.
En su
presencia, creyendo que su amada está muerta, Romeo comparte la droga que él cree
veneno. Al despertar, Dulcinea se encuentra con su amado tendido a su lado, y
decide acompañarle en la desdicha.
Nunca ha
habido una historia de amor más... más... más... que esta, la de Dulcinea y su
Romeo.
Me ha encantado el juego que plantea...la verdadera historia de Romeo Quijano y Julieta de El Toboso...o Dulcinea de Verona...dos grandes maestros juntos y revueltos...genial.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por participar.
Es cierto...quien puede decir que el verdadero final de Romeo no fue perder la cordura por su querida Dulcinea Montesco y vagar con su compañero Mercurio a luchar con pequeños satiros en forma de molino?...nadie sabe la verdad verdadera de la historia...jeje bss
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu remix de dos grandes historias.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Wowwwwwww! En serio, esta mezcla, con esta ironía, me ha encantado. Dos en uno y tiro porque me toca... Si es que el amor a veces nos vuelve tontos.
ResponderEliminarTe felicito, en serio, porque no he perdido un ápice de interés y he tenido la sonrisa en los labios.
Besos.
Y ¿quien sabe si no fue así? porque en el trasfondo de la historia lo importante es el amor y no el nombre de los personajes. Ingenioso y precioso.
ResponderEliminarHola Alfredo; menuda mezcla te has organizado.VAya follón!!! Original y divertido. Tienes una imaginación fuera de serie . Te felicito nuevamente, por tu ingenio. Un abrazo.
ResponderEliminarExcelente despliegue de creatividad e imaginación! Has mezclado las dos historias a la perfección con un tono de humor a pesar de lo trágico del desenlace. Enhorabuena, me ha encantado!
ResponderEliminarUn beso
Buena melange literaria y fantasiosa te ha nacido! jejeje en el marco espacial-temporal que sea, el amor es el amor y gracias a él, todo es posible!!
ResponderEliminarUn abrazo
Qué espectáculo Alfredo!!! ...la próxima vez que pasee por Verona seguramente la veré con otros ojos.
ResponderEliminarUn beso.
Qué maravilloso gazpacho nos has hecho. Elegante y con un exquisito sentido del humor.
ResponderEliminarBesos
Una perfecta mezcla de dos historias románticas, Quijote y Dulcinea y Romeo y Julieta,venganza incluida.
ResponderEliminarUn abrazo
Una historia original en la que se unen personajes literarios construyendo otra historia de novela.
ResponderEliminarDivertido collage. Saludos
ResponderEliminarMás... más...más... emocionante :)
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, tiene mucho humor.
Muchos besos.
No fueron malos años aquellos, no. Dos de los más grandes genios de la literatura dejaron para la posteridad por esa época sus mejores obras literarias. No es extraño que sus personajes se mezclaran en un delicioso juego de intercambio de parejas. Julieta del Toboso y su Romeo, buena pareja.
ResponderEliminarOcurrente como siempre, Alfredo. Un fuerte abrazo..
Wow... pedazo de relato nos has regalado Alfredo, has unido dos grandes historias en una y ha quedado de lujo... Dos grandes escritores, con sus grandes obras, han hecho de tu jueves un jueves grande y un hermoso relato, que a mi me ha encantado mucho, mucho, mucho... enhorabuena!!
ResponderEliminarBesines...
Que interesante fusión.
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