Los domingos... Limpieza General. "New York" (Aireando viejos relatos)
Oí decir que el
lema que preside la vida en esta frenética ciudad es “Ride the Wave” algo
así como: “Cabalgar en la cresta de la Ola”. Una forma de entender y
personalizar un estilo de vivir lo cotidiano.
Pero aún siendo cierto, New
York no sería la gran ciudad que es, si no proporcionase otras
alternativas diametralmente opuestas en las que la tranquilidad, el ocio
sosegado, la contemplación y el descanso compartido, no fueran estímulos
placenteros y reconfortantes. Prueba de ello son algunos ejemplos como los
paseos a primera hora por Central Park. Una dilatada visión del Skyline desde
el Brooklyn Heights Promenade. Una lectura corta en el Walt Witman
Park o incluso un reencuentro con la paz y el silencio asistiendo a la
Solemne “Celebration of the Lord’s Pasión” con el “Miserere mei Deus” de
Allegri o el “O vos omnes” de Casals en la Holy Family Church.
Así la estancia en la Ciudad se convierte indistintamente en una Película a veces de Acción, a veces Romántica o de Aventuras, cuyo argumento vamos hilvanando de principio a fin y que nunca nos deja indiferentes.
Las Galerías de
Arte Alternativo del West Village, las tiendas de Moda, Mobiliario o
Iluminación de vanguardia del SOHO tienen el máximo exponente en el New
Museum of Contemporary Art en el vecino Nolita, sin olvidar la gran vaca
sagrada de lo alternativo y transgresor que es la Bienal en el Whitney
Museum of American Art, edificio de Marcel Breuer e icono de hormigón de la
Madison Avenue, así como el sugerente y sutil The Naguchi Museum con
su jardín de esculturas en Queens.
Manhattan es casi una Isla cuyo perímetro está dibujado por interminables
puertos, de esta forma el estuario marino que forma el río Hudson, tiene presencia
constante en la vida de la Gran Manzana. Volar por encima del río, es volar por encima de ella caminando de Sur a
Norte por el Puente de Brooklyn, dejando atrás el elegante y cinematográfico
barrio de Brooklyn Heights y visionando las espectaculares
panorámicas de la ciudad a través de los mil metros de tarima de teca.
La cultura en New
York tiene muchas caras, disfrazarse y disfrutar con algunas de ellas
supone un recorrido inevitable por la música y los musicales, recorrido que
tiene infinitos contenidos.
Suenan las primeras notas de La
Traviata, el Metropolitan Opera es una perfecta caja de resonancia,
la batuta de Armiliato marca el compás en el interior de nuestro corazón
y con los ojos cerrados nos dejamos llevar ante una de las más
hermosas obras verdianas, el resto de la ópera es un suspiro arropado por la escenografía del siempre excedido Zeffirelli.
En el Daryl Roth Theatre, antes de poder pensar, sientes el pánico emocional, se rompen todas las barreras de comunicación convencionales y se participa de una fiesta de colisiones rítmicas. La Ingravidez en todos los sentidos. "Fuerza Bruta" te estalla en todo el cuerpo, en tránsito permanente de una ceremonia sin precedentes.
(Publicado el 31/03/2008)
Una crónica estupenda que coincide con la visión que trajo mi marido las dos veces que fue -tiene un hijo viviendo allí- Cuando vaya yo, espero confirmar a ambos
ResponderEliminar=)
Una visión que para los que no tenemos la suerte de conocerla, nos transporta y nos hace soñar.
ResponderEliminarCariños…
Mira que paseo he dado contigo mientras tomaba el cafelito de mediodía! Gracias, Alfredo.
ResponderEliminarBeso.
Te agradezco que me hayas llevado a pasear por NY
ResponderEliminar...cantala de nuevo, Frank!
ResponderEliminarbesos