...Una mariposa en el Palau

Veintidos años mas tarde, Lorin Maazel vuelve a dirigir esta misma producción que en Febrero de 1.986 presentara el Teatro Alla Scala de Milán.
El Palau de les Arts de Valencia cierra su temporada oficial con esta “Madama Butterfly” de aproximada estética minimalista junto al más intenso sentimiento Pucciniano.

Las reposiciones tan calcadas, tan fieles como esta corren el riesgo de perder actualidad, la frescura que evidentemente lo fué de este planteamiento del "menos es mas" sólo ha cumplido años.


El trabajo de Keita Asari, al contrario que el de Zeffirelli, no precisa de grandes manifestaciones barrocas en la ornamentación, su espacio escénico es tan solo una sutil sugerencia de donde estamos y que vamos a ver, pero de una pureza de líneas y mensajes subliminales que nos llegan en forma de luces, claroscuros, el día y la noche, escenografía equilibrada pero vieja y ya conocida (22 años) pero que tiene el momento sublime en la escena final del segundo acto, Butterfly, Suzuki y el niño se recogen a esperar a que amanezca: 

Haremos tres agujeritos en el Shosi para poder mirar y nos quedaremos callados como topillos” los rayos de la luna iluminan sus enmarcadas caras. El genial coro “ a boca chiusa” y sin que baje el telón funde el final del acto segundo con la overtura del tercero.
Personalmente prefiero al Pinkerton de Milán el tenor Peter Dvorsky, de aspecto e interpretación más convincente, Maximiliano Pisapia, también excelente tenor, de buen timbre y proyección parece que por alguna extraña e inexplicable razón lo tenemos abonado en roles de suma importancia (Rodolfo de La Boheme, Gabriele Adorno de Simón Bocanegra y ahora Pinkerton) Ella, Butterfly (china en este caso) estuvo a la altura de las expectativas creadas, la muy premiada Hui He cumplió con creces y enloqueció al personal, que en esta ocasión me pareció mas receptivo y concentrado que en otras, es de agradecer esos segundos posteriores a la última nota que te permiten mantener el ensimismamiento y el disfrute de lo acontecido.


En lo personal, a cada Butterfly que veo, mas mal me cae el impresentable teniente de la cañonera Lincoln y menos me creo a la engañada y seducida Mariposa, como dice Bernat Dedéu en su blog, (entre otras cosas) ”hoy las quinceañeras japonesas no le darían ni los buenos días y a ella, es para darle de hostias por creer en vacas voladoras” (duro Bernat, eh?)

En fin, muchos aplausos, bravos y bravas y un paquete de clinexs entero para secar las incontenibles lágrimas que en instantes de belleza incuestionable te proporciona el sabio Maestro de Lucca

Comentarios

  1. Alfredo, casi no me atrevo a contradecirte sobre la decoración de una puesta en escena, en la Butterfly de Asari no veo el minimalismo, lo que veo es mucho realismo y una límpia y pura estética oriental, el minimalismo lo relacionaría más con la abstracción y el uso de formas geométricas, más o menos lo que hace Robert Wilson, lo que pasa es que Wilson lo aplica incluso al movimiento de actores. Ya sabes que la ignorancia es muy atrevida y quizás estoy metiendo la pata hasta el fondo, pero así es como lo veo.

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  2. Maac:
    Quizás tengas razón, en una utilización precisa del término: “desnudar de
    elementos superfluos” Robert Wilson es la quinta esencia del Minimalismo escenográfico, la total ausencia de elementos estructurales se suple con ligeras sugerencias de contenido geométrico, líneas rectas con Wilson o una espectacular curva en el caso de Willy Decker (La Traviata de Salzburgo) en el caso de Keita Asari la aproximación Zen y la ausencia de perímetros en 3 dimensiones nos muestran esos vacíos de mágico contenido lumínico a los que Wilson también recurre en su Madama de la Bastille, pero en cualquier caso, acertada corrección, “menos es mas” es menos todavía que lo de Asari

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  3. Hola, Alfredo, no soy una entendida en ópera, es más sólo las he visto en vídeo, en la tele, partes en cine... Es muy caro ir a la ópera para mí, al menos aquí en Madrid, y lo tengo pendiente, porque no quiero hacerlo de cualquier manera sino en una buena fila, y con alguna de las óperas que más me gustan.

    Ésta es una de mis favoritas, junto a Tosca.

    María Callas impresionante, no puedo oírla sin emocionarme hasta las lágrimas. Eso sí me lo puedo permitir. Cierro los ojos y dejo que la voz de la diva me invada.

    Gracias, Alfredo por esta crónica tan interesante.

    Besos.

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  4. Como si hubiera estado... he disfrutado tu relato... De verdad: no coincidimos en el espectáculo....??

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  5. tesa:
    ...el video, el cine o los cd's son perfectos para disfrutar de la Opera y seguro que te llega la oportunidad de "pillar" una fila 5 en la platea del Real.
    Hasta que eso suceda te aconsejo la Tosca en Film de Benoit Jacquot con Angela Ghiorghio y Roberto Alagna (su marido), para hacer boca no está nada mal
    un abrazo

    buscandolunas:
    seguro!! al menos yo sentí tu presencia
    un abrazo

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