Este jueves, relato: Carta a mí mismo


Querido Yo:
La distancia del precipicio por el que paseo es corta, mínima, arriesgada y misteriosa. Acaricio el aire al tiempo que imagino que avanzo.
Bajo, el mar, azul.
Recién ha amanecido y huyo como cada día de la parte llana, la segura, la cómoda, la gratuita. Terreno plano que engaña —no es como lo ves, no es lo que aparenta—.
Ahora, con la luz del día echo la vista atrás y veo lo plano en toda su aparente seguridad —solo aparente—, inestable firmeza —no tan firme como parece— y engañoso esplendor —sombra mezquina de un pasado desconcertado y furioso—.
«La Polar es lo que importa», eso proclamaba en tiempos de mentiras, lo único que importa es la música, la única verdad está delante, en ese tramo angosto y arriesgado y es allí donde suenan las notas de la mañana. Sonidos de sirena que dicen y atraen. Atraen y dicen.
Solo unos pasos más y tocaré los pliegues del mar con la punta de mis ojos. La senda se estrecha y el premio es mayor.
A estas horas, el cielo, abierto. El mar, abierto.
Cielo y mar.
Arriba y abajo.
Delante y detrás.
Paralizado, con el miedo contenido te/me golpeo, Alfredo, al tiempo que gritas... y grito.
Para cuando termine el camino, la salvación será total. Y tú/yo, Alfredo, serás mi compañero de baile.

Comentarios

  1. Las dos primeras lineas quizas sean esclarecedoras.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. IMPRESIONANTE, no puedo decirte nada más.
    Un veso

    ResponderEliminar
  3. Fantástica manera de escri-birte. Al final de tu carta he visto una ola de espuma blanca. El verano tiene estos encantos al lado del mar, que nos une a nosotros mismos.

    Un beso grande

    Gracias por este baile :)

    ResponderEliminar
  4. Por un lado, leo la esperanza puesta en un futuro que se saborea como desafío, por otro la convicción que no todo lo que se esperaba fue como se soñaba. Tu yo del ayer sigue mostrando sus puntos de comunión fuertes e indisolubles con este tú del presente, felizmente unidos por convicciones que no han cedido bajo el paso de los años. Primorosa carta que los retrata a ambos.
    Un abrazo
    P.D por cierto, en esa foto, estás igual de una antiguo novio que tuve hace mucho
    =)

    ResponderEliminar
  5. La distancia que da el tiempo no ha diluido un apice de ti. Muy buena, besos.

    ResponderEliminar
  6. Un muy lindo texto y estremecedor, lleno de emoción y sentimiento, me a encantado, me a dejado una sensación de suavidad pero a la vez de nostalgia

    ResponderEliminar
  7. Avanzas amigo Alfredo a cada paso a cada letra,en ese avanzar espero que el precipicio se aleje.
    Besos.

    ResponderEliminar
  8. Todos sentimos que siempre avanzamos pegados al precipicio. A veces el aire que tocamos, o nos toca, nos hace sentir que seguimos vivos, avanzando.

    Un placer leerte, siempre.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Suenan principios de la Tabla esmeralda del gran Hermes Trimegisto con esa visión holística de tu "tú" y tu "yo"... en ese camino diario (¿o es infinito?) en el que nos adentramos cada día.. Enhorabuena.

    ResponderEliminar
  10. Interesante y nada fácil escribirse a uno mismo
    me ha gustado
    gracias

    ResponderEliminar

Publicar un comentario