Este jueves, relato: Septiembre
Si septiembre
no existiera, aunque duela, habría que inventarlo. Esa fue la conclusión a la que llegó Estanislao cuando a mitad
de mes, o sea el día quince, hizo un repaso de esos primeros días.
De entrada, en ese mes, él no cumplía años; sí en cambio era su santo, pero, y
qué más daba, de todos era sabido que en su familia las onomásticas no se
celebran.
Un
septiembre esperanzador encontró a Poker, un perro callejero que le fue fiel
durante diez años y este septiembre, traicionero él (el mes, no el perro), lo
perdió para siempre. Su fortuna, esa que todavía no tenía y con la que soñaba cada
día le fue esquiva; hasta este mes, septiembre ingrato y desleal, bailaba al
son de la Bono Loto: en los días impares, caprichósamente, acertaba sólo el
reintegro, que invertía en los días pares en los que inexplicablemente nunca
salía su número, con lo cual a final de mes, tenía el mismo euro, solo uno,
suficiente para seguir jugando. Pero en septiembre no acertaba ningún día, ni
los pares ni los impares, con lo cual su déficit delataba un preocupante
ascenso.
También en este septiembre, él empezó a
peinar canas. Qué lejos quedaba aquella canción de su juventud en la que
idealizó el susodicho mes: "Cuando llegue septiembre". Escuchaba a Boby
Darin, con la esperanza de que cada año en este mes encontrara el amor de su vida
(los amores no entienden de meses). Pero canción y mes eran sólo producto de un
maquiavélico plan para perpetuar el verano. Otro engaño más sobre las espaldas
de un mes que, sin quererlo, empezaba a odiar.
Estanislao
pensó que no debía subestimarlo, aún le quedaba medio mes por pasar y un
enfrentamiento emocional (no podía ser de otro tipo), podría tener daños colaterales irreparables. Asumió estoicamente soportar lo que aconteciese, al fin
y al cabo sólo quedaban los últimos quince días de ese maldito/maravilloso mes de septiembre.
Hola querido amigo Alfredo: Me parece que nos hemos copiado. Poqué yo hablo también de Septiembre más o menos en los términos que lo has hecho tu- Guardando las distancias, por supuesto. Un abrazo.
ResponderEliminarUn mes con sus claroscuros como todos los meses, pero septiembre aún más por ser un mes de transición. Y Septiembre parece que se ha hecho humano con Estanislao. Le deseo mucha suerte en estos 15 días que quedan.
ResponderEliminarUn beso
Tan maravilloso como maldito, cualquier mes, cualquier año puede ser el que de inicio a lo que será nuestro mañana y nuestro destino. No hay que perder las esperanzas ni atarse a las dictaduras de las fechas y las cábalas.
ResponderEliminarUn abrazo
Así me gusta, con esperanza, que ese medio mes puede traer lo mejor. Y resulta positivo eso de que se haya roto el ciclo de la bono loto, jeje.
ResponderEliminarAbrazos, amigo.
Bueno ya está medio mes pasado y el otro medio... depende del color con que se miren ess quincedías.
ResponderEliminarEstanislao y yo mantenemos largas charlas mientras nos llega el turno de apostar. En septiembre puede suceder cualquier cosa, habrá que estar alerta.
ResponderEliminarBesos
Pues está claro que en septiembre, como en cualquier otro mes, pueden suceder cosas buenas o malas independientemente de cómo se llame o el lugar que ocupe en el calendario. Esperemos que en ese resto de mes Estanislao encuentre el amor y se le haga todo más llevadero, sea lo que sea.
ResponderEliminarUn beso
Parece que septiembre se hubiera ensañado con Estanislao, deberia ignorarlo en mi opinión, por ahi empezar por no llamarlo mas septiembre entonces todas las canciones y efemerides perderian sentido.
ResponderEliminarMe parece ocurrente y genial este relato.
Abrazo Alfredo
Defines muy bien esos sentimientos contradictorios que despierta este mes. Por una parte quieres volver a la rutina y por otra te da miedo.
ResponderEliminarUn abrazo
Siempre empeñados en ponerle calendario a los hechos que nos afectan como si esto importara. Todos los meses, sin excepción, tienen claroscuros, en cualquiera de ellos podemos tener un golpe de fortuna o una desgracia no esperada. Creo que Estanislao hará bien en vivir el momento, sin miedo a lo que pueda sucederle mientras se dedica precisamente a eso, a vivir.
ResponderEliminarUn abrazo.