Este jueves, relato: El Chocolate... ¿Justiciero?
Soy como un mar sin color de mar.
En mi centro, ella, aleteaba desesperada. Perdida. Borracha de dulce. Desorientada
sobrevivía a duras penas. Las orillas, perdidas en horizontes verticales,
parecían inalcanzables. La fuerza disminuía mientras daba vueltas sobre sí
misma. Su voluntad chapoteaba en busca de un milagro que se demoraba.
—¡Injusto final! —gritó.
Lo intentó una vez más pero la gravedad
le era adversa. Qué trágico. Qué grotesco. Qué ridículo. Sólo unos segundos y
ella, la mosca más «cojonera» de todas, sucumbiría ante mí, en este inmenso tazón de
chocolate.
Pues me parece que no debe quejarse....
ResponderEliminarPara ser un bicho fastidioso que a veces perturba algunas buenas lecturas o el sueño mas delicioso con un final feliz, debería darse en los dientes por morir de esa dulce manera dentro de un delicioso chocolate caliente....besoooss
Mala suerte para la mosca "cojonera" y lo que es peor, para el preparado consumidor de tan agradable. caliente y espeso brebaje.
ResponderEliminarA no ser que la salvase del naufragio con la ayuda de una cucharilla e iniciar la ingestión, olvidándose del incidente.
Un abrazo.
ajjjj qué mal sitio para caer!...no lo digo por ella, pobre mosca, sino por quien iba a disponerse a beberse la suculenta taza de chocolate! jejeje
ResponderEliminarAbrazos!
¡Qué pena de mosca y de chocolate!
ResponderEliminar:-D Una trampa letal para las moscas. Pero por otra parte no se puede decir que no fuese una muerte muy dulce.
ResponderEliminarUn saludo.
Puajjjj, ni imaginarlo puedo...
ResponderEliminar¡Qué bueno eres, muchacho! jajajaj
Un beso.
A un panal de rica miel...ah, no, que era chocolate calentito y aromático. Dejarse llevar por los placeres se paga incluso con la vida.
ResponderEliminarUn beso.
Buena forma de morir si eres adicto al dulce, en este caso se puede decir que se dio un gran atracon. Besos.
ResponderEliminarBuena forma de morir si eres adicto al dulce, en este caso se puede decir que se dio un gran atracon. Besos.
ResponderEliminarEsos bichos tan inoportunos al sucumbir en esos alimentos tan deliciosos, arruinandolos.
ResponderEliminarSaludos.
Y es que a nadie le amarga un dulce, ni a la mosca cojonera.
ResponderEliminarUn abrazo
Me has arrancado una buena carcajada. Plás, plás, plás. genial amigo. Besos!
ResponderEliminarQué muerte más dulce!
ResponderEliminarAbraçada
Maribel
Noooooo por favor... me muero!!! ...te has pasado Alfredo!
ResponderEliminarUn beso.
¡Por eso son moscas cojoneras! Pero es que, además, no sé que tienen que no sale uno a espantar. Las sigues con la mirada y le gritas hasta que te joroban... y esta vez... se ha llevado a todo el equipo :-)
ResponderEliminarUn beso enorme.
Aggggggg el chocolateeeee si es que fue a caer en lo mejor.
ResponderEliminarMuy bueno tu relato juevero.
Un besazo.
pobre díptero, preso de patas en él... Como si uno de nosotros, cayéramos en unas inmensas arenas movedizas...
ResponderEliminarGenial. Me gusto mucho Alfredo. Otro buen jueves!
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