Este jueves, relato. Cartas a...
Sabes abuelo, algún día te podré escribir una carta, esa que ahora garabateo porque soy un niño. Una carta de verdad, en papel, como las de tu época. Con letras cursivas, puntos, comas y todo eso que, no siendo lo más importante te dará una idea de lo que he aprendido. Una carta con su día, mes... y año, por si se extravía y te llega a destiempo. Una carta sin firmar porque tú sabrás de quién es. Una carta en la que, tarde, te dé las gracias por todo y te cuente que ya soy mayor, como tú y que siento la emoción de los primeros y extraordinarios descubrimientos, esos de los que tú ya me hablabas y yo, sólo oía sin entender. Una carta corta y torpe porque no tendré práctica y mi mano se mostrará titubeante; ya sabes que ser joven no es ninguna ganga, pero tiene sus ventajas... Qué te voy a contar a ti que gozaste del privilegio del descaro, la osadía, la curiosidad y la seducción hasta que esa terrible enfermedad te borró la vida de un plumazo.
Una carta de un niño s un abuelo pensando escribirle de mayor, muy original, me gustó el tema.
ResponderEliminarUn beso dulce de seda.
Me gusta la carta del niño diciendo cuando sea mayor... como si ser mayor te hiciese hacer magia para solucionar todas las cosas.
ResponderEliminarUn saludo.
Estoy solo en casa. Mis nietos ya son mayores, una en la Universidad y la otra en el Instituto. La mañana es clara y el mar de al lado, azul y brillante.
ResponderEliminarYa que no hay motivos, lo debo achacar a la edad, pero acabo de leerte y se me han saltado las lágrimas.
A pesar del sabor a sal, gracias.
Un abrazo.
Conozco ese mar azul y esa mañana clara. Da lo mismo desde El Torreón que desde el Voramar, el sabor a sal es el mismo. También he llorado de gozo por ese paseo. Abrazos
EliminarMe has emocionado...
ResponderEliminarYo de mayor quiero ser como uno de mis abuelos, como una de mis abuelas... No sé si voy por el camino pero en ello ando...
ResponderEliminarBonita carta, en serio, con cariño y con cierta cosita dentro.
Besos enormes.
Preciosa. Me he enternecido con este texto tan emotivo.
ResponderEliminarUn abrazo
Vaya Alfredo, tu carta me ha emocionado... se siente ese amor incondicional y dulce que los niet@s sentimos por los abuel@s... Siempre tan sabios, con tantos consejos, con tanto cariño y calor por darnos... que bonita de verdad...
ResponderEliminarMuchas gracias por traer tu carta hasta mi buzón, un placer siempre leerte.
Besines...
Me encantó Alfredo tu carta. Tuve el privilegio de vivir y disfrutar muchos años de mis abuelos, y puedo sentir muy bien tus palabras.
ResponderEliminarUn beso.
Yo que no conocí a mis abuelos, imagino que de escribirles ,me gustaria poder decir lo que ese niño le dice a ese abuelo que le descubrio tantas cosas.
ResponderEliminarAmor del grande Alfredo.
Besos.
Muy original esa carta, es como volver atràs en el tiempo. Ese niño pensando en escribirle esa carta a su abuelo cuando sea mayor, es muy bonito.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo tengo buenos recuerdos del abuelo que conocí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Preciosa carta. A mí me ha recordado a mi hijo, que aunque ahora ya es mayor cuando era un poco más pequeño también le mandaba cartas a su abuela y a ambos le hacía muchísima ilusión. Lástima que las cartas tradicionales hayan caído en desuso...tenían su encanto.
ResponderEliminarUn beso
Enternecedora carta Alfredo, muy emotivas las palabras que a este niño de hoy le gustaría escribir a su abuelo en el mañana, cuando quizás ya no pueda entender que siempre habrá alguien que le recuerde y que escriba, con sus puntos, comas y letras cursivas cuanto significó para él.
ResponderEliminarEsa carta, sin duda, permanecerá para siempre escrita en el papel de la memoria.
Un abrazo