A fuego lento. Harry´s Bar - Venecia
A mediados de 1950, a la condesa
Amalia Nani Mocenigo, le recetaron una dieta extravagante a base de carne
cruda. Clienta habitual de Harry's Bar de Venecia, le explicó a su dueño Giuseppe
Cipriani tal contrariedad, y este, pensando cómo podría hacerle más agradable
la comida sacó de la cámara frigorífica un solomillo de buey que fileteó en
finísimas láminas. Lo presentó acompañado de limón, aceite de oliva, salsa
worcestershire y queso parmesano.
El amarillo de la salsa se superponía al rojo intenso de la carne, lo que le recordó las texturas utilizadas por su pintor favorito, el también veneciano Víttore Carpaccio. No hace falta decir que este bar también lo frecuentó Hemingway
En mercado:
300 gramos de solomillo de buey, 50 de queso parmesano, 2 cucharadas de
aceite de oliva extra virgen, una de zumo de limón, 1 de alcaparras y media de
sal.
En Cocina:
Se limpia el lomo quitándole
cualquier vestigio de grasa o nervadura, se envuelve en plástico y se pone en el congelador 2 horas.
Se corta en láminas finas, estirándolas sobre madera con un rodillo, sin
romper la carne.
Se le agregan unas gotas de limón, el aceite de oliva, la sal, el queso parmesano y las alcaparras.
Alfredo, has venido a desasnarme sobre este tema!
ResponderEliminarjeje
Un abrazo!
=)
p.d
sería lindo que te sumaras con algo para este jueves, todavía hay tiempo!
=)
Mónica, he llegado de Nairobi hace unas horas y no pensaba participar esta semana. Subí esto que lo tenía en la recámara. Pero tú te mereces que haga un esfuerzo y secunde tu convocatoria. Veremos de sacar algo de tiempo aunque sea tarde.
EliminarUn abrazo.
!Que pinta! tiene este plato, hasta siendo carne cruda creo que lo tomaría. Así se regresa Alfredo, plato y relato.
ResponderEliminarUn abrazo de bienvenida.