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Este jueves, relato. El Museo de la noche.

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El Museo Nacional de Luciérnagas sólo abre en invierno. Cada viernes de octubre, noviembre y diciembre a las 20:00 el portalón extiende sus dos hojas de nogal hacia el interior dando paso a los afortunados visitantes que, tras costosas gestiones, han conseguido su ansiada entrada. Este viernes, el segundo de diciembre, la cola se prolonga hasta la parte trasera del edificio. Yo tengo el 40... La torre, almena del siglo XVI, está dividida por plantas. Cuatro. Y en ellas están repartidas por secciones las diferentes variedades de luciérnagas más extrañas, atractivas, deseadas, luminosas (aunque luminosas lo son todas) y coloristas. En las tres primeras los ejemplares están disecados, pintados, esculpidos, caricaturizados,  y en la última (reunidas con un esmero y celo extraordinario) están las vivas que se reponen puntualmente tal y como su vejez les va mermando su brillo, pasando entonces a las plantas anteriores. Son las 20:20 y la cola se acorta hasta que diviso la puerta de

Este jueves, relato: Mi palabra favorita.

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Mi palabra favorita no es una, porque una no es suficiente para expresar lo que siento, para llamar a quien amo, para compartir un secreto. Hay palabras que divergen «vete», y otras que convergen «ven». Las hay que chocan «plaf» y otras que acarician «cariño», las que unen «amistad» o separan «egoismo». Las hay de cosas, muchas, casi todas, y también de nombres, menos, pero a veces más usadas y queridas. Las de los nombres «Alfredo, Alfonso, Alberto» se parecen hasta el punto de que a veces no te vuelves cuando te llaman o al contrario. Palabras favoritas que fueron dobles «fin de semana», «por favor» y hoy, como si vinieran de una guerra aparecen mutiladas «porfi», «finde». No obstante, como supongo que debo mojarme, hay va la mía Mi palabra favorita de este mes es mi nieto que cumple ocho años: ¡Alejandro! Más palabras en el diccionario de Dorotea

Este jueves, relato: El Chocolate... ¿Justiciero?

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Soy como un mar sin color de mar. En mi centro, ella, aleteaba desesperada. Perdida. Borracha de dulce. Desorientada sobrevivía a duras penas. Las orillas, perdidas en horizontes verticales, parecían inalcanzables. La fuerza disminuía mientras daba vueltas sobre sí misma. Su voluntad chapoteaba en busca de un milagro que se demoraba. —¡Injusto final! —grit ó. Lo intentó una vez más pero la gravedad le era adversa. Qué trágico. Qué grotesco. Qué ridículo. Sólo unos segundos y ella, la mosca más «cojonera» de todas, sucumbiría ante mí, en este inmenso tazón de chocolate. Más sobre chocolates en el blog de Maribel

Los jueves, relato: "Bendita Primavera"

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Mi primavera suena a obertura trompetera. Da lo mismo quién esté detrás de esas notas propias de la más exquisita fanfarria: Verdi o Wagner, Mozart o Tchaikovski. Da lo mismo, trompetas que tambores, la primavera siempre se hace notar. Cambia el color, el olor, la temperatura, la hora, hasta el ánimo, el nuestro, el de los animales y el de las cosas. «Señoras y señores, con todos ustedes… tachinnn, tachinnn, tachinnn: ¡LA PRIMAVERA!». Y es entonces cuando ella, vestida con tules vaporosos y desmedidas lazadas al viento, aparece entre una ligera lluvia de confetis y serpentinas que le hacen un pasillo multicolor. Una vez superada la excitante y aparatosa euforia de la bienvenida, la primavera, nos abraza con un solo de violonchelo, grave, alargando notas hasta suspenderlas en el tiempo, de tonos violetas como la Semana Santa. Entran en escena el resto de la orquesta que, con colorido renovado, prorrogan las partituras, dibujando en el cielo una bandada de preludios e intermez

Este jueves, relato: Bajo el influjo de INSOMNIA

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Insomne me deslizo hacia un lateral de la cama y, apoyando los pies en el tibio parquet, me incorporo lentamente. Mi madrugada, se dibuja en mi subconsciente, paseándome en la penumbra que cubre el recorrido hasta el balcón. Mi primera visión se detiene ante un espantapájaros, vestido con mi ropa de ayer. Lo intuyo en la oscuridad de la habitación, acaricio sus hombros que reflejan las luces que se cuelan desde el exterior. Erecto, suficiente, ordenado, arriba esto y debajo lo otro. El extraño maniquí, al que siempre le ha faltado el sombrero de paja, me saluda ausente, descabezado, parco en palabras. Lo suyo no es la interlocución. Solamente una vez, en un alarde de locuacidad me confesó que su fuerte era vigilar mi sueño, o mi desvelo, que también los hay.   El objeto no tenía nombre, en el onírico mundo de mi existencia a medias no hacía falta, sólo vigilaba. Su sexto sentido era suficiente para identificar y señalar cada uno de los misterios de aquel rosario en blanco y ne

Este jueves, relato: Una foto para mí.

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Slogan : «En un pequeño cuarto de un hotel». La habitación del fondo. La 820, la que no da a ningún jardín. La de los ruidos del tráfico y de las máquinas de aire acondicionado. La que fue testigo de tus preguntas y mis respuestas. La habitación del fondo. La que sintió cómo mis deseos salpicaban las sábanas blancas de la cama y rebotaban en sus paredes enteladas con lino escocés.  La habitación del fondo. Luminosa incluso en penumbra. Testigo muda de nuestros olores, los tuyos y los míos, de los tres porque fue entonces cuando decidimos tener un hijo. La habitación del fondo. La de conciliar diferencias. Sobrecogedora para dos artistas saturados de ideas abstractas en busca de la comunión romántica. Todo lo que era hermoso y poético lo encontramos en la habitación 820, la del fondo. Más fotos que te sugieren cosas en el Balcón de Casss

Este jueves, relato: Las Sinsombrero

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Nos hemos manifestado. Hemos caminado codo con codo ondeando banderas de libertad, reivindicando en voz alta exigencias a las que tenemos derecho. También lo hemos hecho en silencio, elevando al cielo carteles con manos blancas más elocuentes que nuestros propios gritos. Hemos compartido pancartas con lemas concisos, contundentes y fáciles de entender.  La marcha a veces pausada, ha conectado las miradas de activistas soñadoras con las de testigos indiferentes. Ojos, que terminan siendo cómplices de elocuentes expectativas. La evolución, el avance y la denuncia, han enraizado con las conciencias más receptivas. Las raíces de la base ya hace tiempo que huelen a tierra húmeda y fértil, pero el reconocimiento, el respeto y la complicidad se hacen de esperar, cuando no son inexistentes. Ahora después del reposo, sólo cabe desear la consumación de una evidencia, una de los muchas exigida y depositada en este contenedor de deseos por manufacturar que es esta Generación. El futur

Este jueves, relato: Blanco y negro.

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En mi familia cuando jugábamos al dominó, el que tenía el seis doble, además de empezar la partida, la ganaba. En mi familia siempre se han hecho trampas en los juegos de mesa. Sin embargo sacar a colación en este momento el dominó, no es necesariamente por el resultado, ni por el entretenido placer de mover y mezclar las fichas después de cada mano, ni siquiera por la obligada y asumida norma de mantenerlas en erecta verticalidad mirando al cielo. En mi familia el dominó era muy particular: lo negro era blanco y lo blanco, naturalmente, negro. La parte posterior de las fichas era de un insolente blanco hueso y la delantera, la que mostraba la numeración era negra, con los círculos en blanco. Nunca he sabido por qué, ni cómo llegó ese dominó a mi casa. Desde hace años, jugar al dominó con las fichas normales, es todo un aburrimiento. Más blancas y negras con Matices 

Este jueves, relato: Travesuras.

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«El Patio de mi casa es particular, cuando llueve se moja, como los demás…» En eso estaban las mellizas, cuando Alex irrumpió dando pelotazos a diestro y siniestro. Los pollos y las gallinas huyeron en busca de un lugar seguro. Los conejos, atónitos y molestos se refugiaron en la conejera. Tan sólo “Chocolate” quedó quieta, enfrentada al perturbador infantil. No iba a consentir ninguna revolución en el patio. Alex tomó posesión del espacio, midió con la mirada e imaginó la portería entre la maceta de geranios y el botijo que, al fresco, colgaba de un alambre. Dio un paso atrás y chutó con todas sus fuerzas, la pelota se coló por el lateral del botijo, rozando el pitorro que acabó rompiéndose. Chocolate, (la cabra blanca con nubes marrones) se percató de lo grave de la situación y de su responsabilidad de mantener el orden en aquel patio florido. Saltó sobre sus patas traseras e impactó con sus diminutos cuernos en el trasero de Alex, al que derribó tumbándolo de plano sobr

Este jueves, relato: Cumpleaños

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En general, los fantasmas, no cumplen años. Pero este,  el del jueves pasado, sí.  No sólo cumple años, además los cumple cada ciento ochenta y dos días, por lo que es el doble de viejo que cualquier otro. Esas cosas se notan e indistintamente de que se sea, o no, fantasma… los años pesan..., y pasan. En esta ocasión, su cumpleaños, no cayó en ese fatídico sábado en el que se ausentaba para matar y pudo celebrarlo con su pareja, ¡fantasma como él, claro! El evento se perpetró en un restaurante "cinco estrellas", el mejor del purgatorio: Transición, se llamaba. En la mesa, ella se dirige a él con una rosa roja en la mano. Él la mira inmutablemente a los escondidos ojos mientras recibe y aprieta el tallo del placentero vegetal, dejando en el blanco mantel un sedoso y cristalino charco de sangre. Ella devuelve la mirada, se inclina y lo besa mientras con los dedos juguetea en el charco púrpura. Después del prolongado beso acerca su dedo índice sobre la parte delanter

Este jueves, relato: Una de fantasmas.

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Las paredes del cielo estaban desnudas, él corría de una a otra sin dejar rastro. No tenía cuerpo. No tenía sombra, por no tener no tenía ni nombre. Sólo un apodo, un alias por el que nadie le conocía: "El Fantasma". Era como una nube transparente que rebotaba en las cuatro paredes de esa esfera cristalina que llaman Universo. Su año, que no el nuestro, tenía solo ciento ochenta y dos días y todos eran sábado. Un día al año, justo a las doce de la noche, cuando acababa un sábado y empezaba el siguiente bajaba a la tierra para hacer lo único en lo que era un experto: ¡Asustar... mortalmente! Antes de ser un nimbo sin dimensiones, era humano, con toda la carga de defectos y malformaciones que ello supone. Recuerda épocas gloriosas en ese erial lacrimógeno en el que se había convertido su odiado y, a la vez, añorado  planeta.   Personas de todo tipo, edad y pelaje pueblan los cementerios por su singular y cruel extravagancia de asustar sin piedad a unos y otros en la

Este jueves, relato. Cierre de convocatoria

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En nuestro paso por la peluquería, ha habido de todo: Hemos cortado, rizado, mechado, coloreado, degollado, pelado, recordado, amado, engañado, ligado, barrido... en fin, que hemos sido, a la vez, ayudantes, estilistas, barberos y clientes. En definitiva, que un corte de pelo parece que da para mucho. Y ahora que todos estamos como un pincel de aseaditos, limpios y presentables es hora de irse de Fiesta. Por ejemplo, la que nos propondrá mañana C h a r o desde su blog: "¿Quieres que te cuente?"    Agradecer el arte y la generosidad de Casss que una vez más hizo los dibujos de los enlaces. Besos

Este jueves, relato: Mis horas en la peluquería.

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Cada día abro el local a las 10:00. A veces tengo cola. Esto sucede desde que mi jefe, Pedro Pacheco, conoció a Graciela. Fue entonces cuando tuvo la feliz ocurrencia de hacer la peluquería "Unisex" . Hasta ese momento era sólo una barbería para hombres; pero Graciela, la cubana con la que mi jefe se lio, o se encamó, o vaya usted a saber, le convenció para ampliar el servicio a señoras. -Sólo es una cuestión de marketing -le dijo ella-, mientras le mordía la oreja. Al día siguiente colocaron un luminoso que decía "Grace & Peter - Estilistas". No hace falta decir que la cubana está "para mojar pan". Y con tan sólo un curso acelerado por correspondencia, ha llenado las paredes de diplomas y los sillones de parroquianos. Lo cierto es que yo, desde entonces, barro más que nunca y los clientes, los de siempre, los de la barba, ahora piden el servicio completo. Más cosas sobre peluquerías aquí en la Plaza... 

Este jueves, relato: Convocatoria. "Mis horas en la peluquería"

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Don Ricardo no era santo de mi devoción. Imponía, tan enjuto, tan circunspecto, tan estirado él con su guardapolvo gris.  Pero por más que me resistía no podía evitarlo. Los brazos fuertes de mi madre me arrastraban por toda la calle hasta ponerme delante de la puerta de la barbería. Una vez dentro la conversación se repetía una vez más: -¿Qué le hacemos al niño, Amparo? -Lo de siempre Ricardo… al cero, que vaya bien fresquito. Este jueves vamos a contar y cantar, si os parece, cómo es una jornada de peluquería. ¿De qué hablamos? ¿A quién ponemos de vuelta y media? ¿Qué ojeamos (porque de leer, nada) mientras nos llega el turno? ¿Qué pasa con ese insufrible dolor cuando nos hacen las cejas? ¿Nos dormimos mientras la rubia (o el "morenazo") nos lava la cabeza? Contar... contar, y no os importe pasaros, Tésalo está de viaje. Ya conocéis el funcionamiento. ¡Os espero! Aquí no hace falta pedir hora.   P A r T I C I P a N T E s : G u s T a V o Y E

Este jueves, relato: Entrevista con... DIOS

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Llegó puntual como corresponde a un Jefe de Estado. Solemne y ceremonioso me reconoció... (¡era Dios!) le ofrecí asiento en una butaca de piel marrón. -¿Qué le apetece tomar Señor? -Un vino dulce -me contestó. -El motivo de esta entrevista es para recordarle que hace ya más de tres mil años, su Padre, que es Usted, le dio diez Mandamientos a Moisés en el Monte Sinaí. Necesitó cuarenta días para escribir con su propia mano sobre dos tablas de piedra las leyes básicas. Poco tiempo para crear un reglamento de obligado cumplimiento, ¿no le parece? -¿Tres mil...? -se preguntó desconfiado-. Cuarenta días fueron suficientes para que la fe de un pueblo se perdiera y me sustituyeran por un becerro de oro construido en honor de mi adversario Apis.                                                              -Si, ya lo sé y la reacción de Moisés fue demasiado visceral y tremebunda rompiendo sobre todos ellos las pesadas tablas.  -Mano dura y fuertes penitencias son lo único que

Este jueves, relato: Sucedió a bordo de un MG METRO.

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             Por primera vez y sin que sirva de precedente, voy a alejarme 180 grados de la ficción y bucear en la realidad. Una historia tan verídica como indecente y, no sé hasta qué punto verosímil; pero así es como sucedió y así es como la cuento.  Fue en coche, uno pequeño y blanco. Sonaron tres veces las campanas del Miguelete, cuando esto sucede después del mediodía quiere decir que son las 15:00. Terminábamos de tomar el aperitivo de esa mañana de sábado con el que Regina y yo habitualmente despedíamos la semana laboral. Como con un gatillo recién disparado la miré y le dije: Si me pagas el hotel, te invito a cenar en Arzak. Regina, que se apunta a un bombardeo, pidió la cuenta de la cerveza  y las aceitunas, y me arrastró a casa a por una muda limpia. Al pasar Teruel empezó a llover y la conducción era lenta y la demora en la carretera la hacía más inquietante aún. La mesa estaba reservada para las 21:00 horas. En Zaragoza, llevábamos una hora de retraso sobre el h

Este jueves, relato: Tranviario

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             Decía que se paraba echando piedrecitas por un tubo hasta que estas cubrían la vía. Lo recuerdo en los días de lluvia, yo iba a su lado, y me dejaba tirar puñados de arena gorda por el embudo cuando nos aproximábamos a la parada; él, al mismo tiempo, reducía la velocidad con la mano izquierda, girando la manivela que se deslizaba circular sobre un especie de reóstato; mientras, con la derecha, daba vueltas a un gran volante metálico que frenaba presionando las ruedas de acero.       Vestía de gris, pantalón y chaqueta con botones cromados hasta el cuello, apenas se adivinaba la orilla del cuello de su camisa blanca, hasta que después de las primeras horas se desabrochaba un botón evitando apreturas incómodas; sólo uno, dos hubiese sido un atentado al buen gusto y decoro. Completaba su uniforme con una gorra de tela dura, también gris, y visera de plexiglás negro.       A veces iba de cobrador: "¡Billetes por favor!" Preguntaba cruzando el tranvía de atr

Este jueves, unos minutos con Eduardo.

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Normalmente cuando entro a comentar, que últimamente es muy poco, suelo silenciar el fondo musical del blog que visito para poder concentrarme en su lectura y en mi comentario. Necesito pensarlo varias veces. Sí, soy muy raro, ya lo sé.  Hasta que empecé a visitar a Eduardo. Entonces no solamente escuchaba con enorme placer a Tchaikovsky, sino que lo dejaba sonar una y otra vez mientras paseaba por otras casas. De forma que su blog quedaba siempre abierto, a punto de volver a él y releer alguna verdad, escondida entre puntos y comas. Ha sido a propósito, él lo ha dejado abierto para siempre, porque sabe que su sabiduría puede ser una buena compañera de viaje para los que ávidos de entender seguimos leyendo esas cartas que nunca fueron enviadas. Gracias Eduardo.                                                          

Este jueves, relato: Políticos

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           Jose -sin tilde-, el protagonista de la primera película de J.L. Garci, "Asignatura pendiente", le dice a Ana, su mujer:       -Esos colegios progres están jugando a las élites y como sigan así , los niños, van a acabar echando carreras a ver quién tiene un padre más "rojo".  Al Instituto, Ana… ¡al Instituto!       Corría el año 1982 y por primera vez, en la transición, gobernaba el PSOE. Eran momentos propicios para el cambio -el de verdad-. Y también por primera vez la posibilidad de exprimir y disfrutar de una incipiente democracia que apuntaba a quedarse a vivir entre nosotros. Los políticos de izquierdas se pusieron de moda. Estaban bien vistos, se les admiraba, se les imitaba. Se confiaba en ellos. Las barbas proliferaron en el congreso y fuera de él. Se podía presumir de pertenecer o simpatizar con un partido, sin rubor, sin vergüenza, sin sospechas. Estábamos huérfanos de ilusiones y de pronto habían nacido unas cuantas. La muchedumbre,

Este jueves, relato: Aniversarios cruzados.

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16 de Enero de 1948                     Dentro: ¡Qué nervios!  Intento llamar la atención, parece que se han olvidado de mí.      Fuera: Esta noche se ha verificado la cuarta emisión para América por los micrófonos de Radio Nacional, dirigida por el director de la Real Academia Española , don Ramón Menéndez Pidal. Dentro: Escucho una melodía, me resulta familiar, es la misma de otras veces sería capaz de tararearla a oscuras Fuera: La rápida distribución de la naranja a través de los nuevos trenes naranjeros ha influido en su precio. Según se ha informado en el Sindicato de Frutos. Dentro: Esto se mueve. ¿Otra vez de paseo? Ya he perdido la cuenta… Fuera: El embajador de España en la Argentina, señor Areilza, ha mantenido una cordial entrevista con el presidente Perón. Dentro: Oigo ruidos muy cerca, como suspiros acompasados… esto es nuevo para mí. Fuera: El gobierno de la India anuncia que por deferencia al Mahatma Gandhi, reanudará los pagos d