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Este jueves, relato. Hablar escribiendo... al aire

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Sus gestos, lo decían todo. Extendía la palma de la mano con un giro gracioso, solícito, como demandando atención para a continuación perder la mirada en ella concediéndose unos segundos de reflexión. Sus ojos se movían pausados de derecha a izquierda, en un recorrido lento que anticipaba el dibujo detallado de sus sentimientos, para acabar cerrándolos en un guiño de abandono consentido. Sus labios, sellados, translucían ese brillo húmedo de la frase cálida que yerma, no nacería nunca y que describiría sueños no menos deseados por más imposibles que parecieran. Carlos, escribía alto y firme en el aire con sus manos, la voz que le negaba su cuerpo. Más sentimientos de este tipo en el Blog de Rossina

Este jueves, (que es lunes) Relato para adivinar

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“Los caracoles no saben que son caracoles” De Nuria Roca …Hablamos de los detalles de la foto y me paso un rato especulando sobre qué pudo ocurrir. Desde que la descubrí he fantaseado con todo tipo de historias, hasta que mi padre pudiera ser un espía en una misión secreta que no puede desvelar su identidad y que a lo mejor Maite es una agente terrorista. Te imaginas, toda una vida juntos y de pronto descubres que tu entorno más próximo está hecho de sombras, de incógnitas y de preguntas de las que seguramente nunca tenga respuestas. Sólo me queda Maite, pero sé que esa hija de puta, no soltará prenda, desvelar secretos sobre mi padre no lo conviene, y no creo que haga conmigo una excepción. Sin embargo… esa foto tiene algo que me intriga y no sería justo sacar conclusiones equivocadas. Confieso apenada no haber participado más en la vida de mi padre, pero a la muerte de mamá fue él quien se alejó y sus ausencias no contribuyeron precisamente a potenciar nuestros af

Este jueves, relato. "Página 53"

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Este jueves, todos los relatos están en...   "Página 53 "  

Imaginar, un lunes con sonrisas

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Los lunes... aunque tarde: La sonrisa camuflada Siguiendo una idea de Natalia

Este jueves, relato. El Sauce Llorón. (Un poco de antes y un poco de ahora)

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Fuera, las raíces del Sauce buscaban el lado opuesto del meridiano sorteando fallas y bolsas de oro negro. Dentro, entre rejas, un soplo tímido de luz se colaba por aquel pequeño ventanuco, iluminando una esquina del mantel de cuadros sobre el que reposaban los manjares testigos mudos de su última cena. El Sauce ofrecía su lado bueno, ese rico en sabia que nacía al fresco del rocío mañanero y esperaba oscuro el sol que más calienta. Empezó con un viejísimo amontillado Pedro Ximénez con el que acompañó un “Salteado” agridulce de frutos secos. A continuación le sirvieron unas delicias de morcilla de Burgos con habitas salteadas que regó con un potente Pago de Carrovejas, viejo conocido de los barros de Peñafiel. Las ramas del Sauce, cómplices de la justicia, se elevaban por encima del horizonte, dejando ver los brotes salpicados de lágrimas verdes. La Dorada a la sal, fue su tercera elección, guarnecida con un delicioso puré de patatas, dejándole un tímido sab

Una Ópera llamada Tommy

          En el cuarenta aniversario de su grabación.  

No es sólo Ópera.

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Ayer conocí a Maac y a Atticus. Fue en una charla previa a la representación de La Creación, en el Palau de la Música. Organizada por Amics de l’Ópera i de les Arts de la Comunidad Valenciana, la charla ilustraba algunos pasajes de la vida de Haydn y su entorno en el momento de componer su gran Oratorio. Hablando con ellos, recordé mis primeros Post en La Plaza del Diamante, eran tiempos de correr por los teatros de Ópera en busca de una Tosca o un Rigoletto, así viajé a Milán, Madrid, Barcelona, Santander, Verona, New York o al mismísimo Torre  del Lago. Buscaba con avidez y curiosidad blogs en los que se hablara de Verdi, Puccini, Pavarotti o Freni. Pensaba que podría mantener un tú a tú compartiendo experiencias y disfrutes. Y efectivamente los encontré, primero fueron Maac y Titus, luego vinieron Atticus y todos los demás y tengo que reconocer que aquello era otro mundo. En ellos se hablaba del universo operístico con mayúsculas, con propiedad. Las crónicas que

Eduardo Chillida

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Esta semana se cumplen 89 años  del nacimiento de Eduardo Chillida.                                 Junto al anfiteatro, sobre el Mar, discurre la calle que conduce al final del Paseo y que va descubriendo al paseante, primero, la escultura de la derecha, a continuación la del horizonte y finalmente el conjunto de los tres peines. Aprendo de ellos a adivinar el alma de las cosas. Los acaricio y fijo la mirada en el paisaje donostiarra a través de sus densos y descriptivos vacíos. Jorge Guillén a Eduardo Chillida: “Luego trabaja, luego golpea, luego… Hay que domar el caos. Hay que colonizar el vacio y poblarlo De figuras dominantes y sagradas. Lo hace a su modo, como antes hicieron otros, golpeando, sudando, pensando, hace… Se nota en su taller de ferrón y en un olor, y en un calor”

Ventanas de Manhattan.

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               "Me gustaría acordarme de cada una de mis caminatas y de todas las ventanas a las que me he ido asomando en Manhattan" "Hay lugares en la ciudad que uno descubre por si mismo en sus paseos solitarios y otros que le son revelados como un regalo generoso de la amistad o el amor" Antonio Muñoz Molina

Adiós 2012

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Parecerá demagogia y tal vez demasiado personal, pero este Post está dedicado a una despedida, la del año 2012. Hay cosas mucho más importantes que el contenido de este vídeo, pero este año también es mío, para lo bueno y para lo malo. No he podido evitar ser salpicado por la sarna socio-económica y en el camino he perdido muchas cosas, como la mayoría de vosotros. Pero una, que siempre tendré es mi experiencia profesional en África; ésta, me ha permitido conocer un país y unas gentes a las que siempre hay que recordar y de las que siempre hay que volver a escribir. No quiero prescindir del valor de civilización que tenemos, símbolo de progreso hacia una vida más placentera, pero que debería ser patrimonio de todos y no de unos pocos. Este vídeo es un insignificante homenaje a una tierra que me ha movido el piso, y de la que nosotros pulgas civilizadas, tenemos mucho que aprender Bienvenidos  todos  al   2 0 1 3                        

Este jueves, relato. "Sueños"

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Me muevo entre sábanas húmedas. Las noches de Agosto tienen algo de asesinas, lo que debería ser un plácido sueño se convierte en una insufrible pesadilla; que dicho sea de paso es como el negativo en fotografía, la misma realidad pero en una visión fantasmagórica. Sueño y pesadilla… ¿no son la misma cosa, o no es acaso todo un sueño indistintamente del cariz que tome su desarrollo y desenlace? Lo cierto es que aquella noche de hastío en el estío, me dormí pensando en un grandísimo relato, toda una novela, un texto de cabecera, un ensayo de referencia. Ese sueño, ¿he dicho sueño? Si, ese sueño que no es el que se consigue (no siempre) al dormir. Ese sueño, que despierto te sume en la más hipnótica de las idioteces. Ese, que pierde toda figuración de un día para otro. Pero ese tomo, con lomo de cuatro centímetros… ese sueño, me quitaba el sueño, e insistía en ocupar un lugar en mi dispersa inconsciencia. Esa noche, entre sueños de verdad y de mentiras empecé a construi

Este jueves, relato. SE VENDE (a cuatro manos)

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Aquel lunes de otoño de 2020, Tomás, responsable de mantenimiento, llegó al museo puntual como cada mañana. Le llamó la atención un cartel colocado en lo alto de la puerta que, en grandes letras fosforescentes, rezaba así: “SE VENDE” . Perplejo y desconfiado, esperó la llegada de Don Antonio, el Director. Él le sacaría de dudas.       -Es una decisión de las altas esferas- le contestó su jefe.     -El Ministro ha dicho ya su última palabra. Ha decidido que hay que cerrar y venderlo todo por cambio de orientación en el negocio. ¡Malos tiempos para el Arte, Tomás! Ahora “molan” otro tipo de valores. Y no va a consentir por más tiempo la exposición pública de todo ese material obsceno y subversivo: Ese borracho con las uvas babeando por la cara, o ese otro de las Tres Gracias, clara e intolerable demostración de lesbianismo, o esa Maja enseñando su cuerpo de forma lasciva. ¡Esas Lanzas de Breda que acaban  recordando la Independencia de los Países Bajos! Y todas esas tonel

A fuego lento. Museo Peggy Guggenheim - Venecia

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El paseo por el Gran Canal, es uno de los más recomendados en la visita a Venecia. Sus palacetes de fachadas húmedas, los viejos hoteles de aspecto rancio y los estucos de las paredes luciendo la más amplia gama de colores. La vista se va acostumbrando a esa riqueza de matices, sensaciones e historias escondidas entre la estrechez de sus callejuelas. El museo Peggy Guggenheim es una sorpresa blanca, fresca.  Un volumen diferente, presidido en su terraza delantera por una escultura ecuestre de Marino Marini de una obscenidad subyugante . Después de disfrutar con la abstracción, el surrealismo y el expresionismo abstracto, su restaurante es la mejor escala para reponer equilibrar fuerzas. El Antipasto, es el aperitivo frío servido antes del plato principal, plato tradicional de la cocina italiana. Incluye desde especialidades del chef hasta las sencillas aceitunas. Su objetivo es abrir el apetito sin saturar los sentidos. Un preludio al gran banquete de carnes o

Este jueves, relato. "A la luz de una vela"

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Su voz era como un susurro cansino, hablaba y hablaba sin obviar detalles. A esas horas de la noche, los pormenores sobre la historia de nuestra familia me adormecían sin poder evitarlo; bueno, era la noche y no los pormenores, pues había sido yo el que había animado a mi madre a contarme de nuevo esas aventuras que tanto me entretenían. Con la cabeza apoyada sobre el mantel de hule, la miraba en un esfuerzo agradecido por ser como era. Ella, mientras hablaba seguía cosiendo, pespunte tras pespunte, hilván tras hilván. La vela, constante, sabía que no podía consumirse antes de que ella acabase su trabajo. Sus manos y los bajos de aquel traje de novia estaban iluminados al cien por cien, la penumbra era la dueña del resto. Su rostro, quedaba sesgado en un contrastado claroscuro. Era guapa, ancianamente guapa, sus arrugas parecían tener nombre propio. Los ojos perseguían la aguja, haciéndola coincidir con la tela y después con la superficie metálica del dedal. T

Este jueves, relato. "Quehaceres paralelos"

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Tengo  respuestas imposibles  para todas las preguntas posibles. Todas…  menos para una. Toda una vida de compartir conmigo mismo el mayor de mis secretos. Dejando translucir solo opiniones divergentes  y emociones convergentes, con el único objetivo que esconder un Arte Paralelo.  Una vida tangencial al margen de lisonjas y tormentas. Una doble cara. Un antifaz verde fósforo sólo visible en la oscura soledad. Un taparme con la palma de la mano los ojos en pleno día para distraer mi desconcierto, mi  gemela e impresentable otra personalidad. Pero ahora, desnudo y comprometido, sé que ha llegado mi hora, la de la verdad. De nada me vale desviar la atención disfrazándome tras un engañoso código bloguero de cartón piedra o de una exquisita apariencia con sombras de dudosa propiedad. Ahora, saboreando mi engaño y mi secreto, viene Gastón y me obliga a destapar mis otras cosas, esas que posan sedimentadas en el fondo del armario. Eso por lo que no cobro, aunque  me pa

Este jueves, relato. "Una de tres"

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Humo detrás del cristal. Tengo que decir que me resultó difícil. No quería que pareciese un plan de fin de semana.  Estaba frente a mí, en aquella sala de estar de su piso de separada.  Me gustaba mirarla, con la mirada ambiciosa del que está modelando un futuro. Quería aprendérmela de memoria. Conocer su perfil,  disfrutar de todas las formas posibles de su cuerpo y retener esas tres dimensiones que me empezaban a enloquecer. Tengo que decir que fue precisamente el desafío lo que me retuvo allí. A su lado, archivo en casillas virtuales sus sonrisas, que son varias. Sus besos que mórbidos me descubren la morbidez de sus labios y, de los míos. La madrugada transcurría plácida, llena de expectativas. La noche, ya vencida, quedaba borrosa entre sábanas de papel. Ella me fascinaba.  Jugué a levantarme y analizar la situación desde la distancia, me acerqué a la ventana y le invité a compartir aquel amanecer. La primera calada de mi pitillo se escapó entre los crist

The beat of the night.

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Mi noche tiene el latido de un corazón. Me gustaría decir que late inconsciente, distante de la realidad que acompaña el paso de los minutos, ausente de mi mismo. Pero no es así. Mi noche respira a mi lado, con una sutil secuencia de vida, con un ritmo pautado que dibuja luces en la oscuridad. Así es alguna noche de mis pasadas  noches . No es la noche de aquí exclusivamente.  Somos mi noche y yo, esté donde esté, y en la parte de la noche que sea. Pero es aquí donde mi noche se viste de misterio, donde es dos veces negra, más cómplice que nunca, donde la luminosa ilusión en la oscura realidad eriza el despertar y, aún no amanece. Esta desnuda realidad, me recuerda que el sueño no es un sueño y que esa mirada perdida en el oscuro  horizonte, es una mirada a mi despertar. Y espero para abrir unos ojos que no se han cerrado todavía.  Y despierto, me pregunto…  ¿Hay algo más importante que mi noche y tú?      

Este jueves, relato. Primeras lecturas

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Este jueves, relato. “Mis primeras lecturas” Son las cinco de la tarde, hora de toros y toreros. La terraza del madrileño Café Gijón es un hervidero de gente que deambula de un lado para otro en busca de una sombra en la que sentar su curiosidad. Dentro, en una mesa del fondo, los Srs. Tagore, Hemingway y García Márquez despachan sus primeras contradicciones delante de un humeante café. El grupo todavía no está completo, faltan la Sra. Rodoreda y el Sr. Bach, que se les unen de inmediato. El nombre de un lector común a todos ellos, lanzado al centro de sus ciberconsciencias, les había golpeado en plena memoria obligándoles a viajar en el tiempo, juntándoles alrededor de una mesa hecha de y para la literatura. El primero en abordar el tema es Tagore. -Lo recuerdo, era muy joven y fue un reto para él, perezoso en las primeras páginas, pero ávido y emocionado al final, especialmente en: “ Me he sentado esta mañana, en mi balcón, para ver el mundo. Y él, c

Este jueves, relato. El teléfono

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Entre el teléfono y él, apenas había un suspiro; el justo para atenderlo con sólo alargar la mano. Mientras esperaba, toda su subconsciencia pasaba por recordar cómo había sido aquel primer y único encuentro. Entre sombras adivinaba el color de la noche, el calor del lugar y especialmente, la recordaba a ella. Lily estaba en el mostrador, mientras en el exterior la lluvia añadía agua al mar que tenían delante. Asís se aproxima un poco más al teléfono como si esa acción fuera determinante para adelantar la llamada… sabía que no. Él, por encima de diez brazos intentaba recuperar su copa sin conseguirlo. Ella le miró y adivinó su dificultad y su deseo. En los minutos siguientes resolvió su dificultad, pero no su deseo. Perdido en aquella turbulenta noche de quieros mudos y quizás sonoros, recuerda un intercambio de números y una mirada cómplice acompañando un… Te llamaré. Asís fundía con la mirada a aquel teléfono, esperando una llamada que tal vez no llegara