Este jueves, relato. Mensaje en una botella.
Había nacido para ser
botella.
Las diferentes etiquetas que
con el tiempo iban a ilustrar su superficie se superponían
unas sobre otras como capas de cebolla.
En origen contuvo un
preciado gran reserva. Con el tiempo, y como puta por rastrojo fue portadora de
los más variados graneles.
Olía a vinagre el día que
Violeta, desesperada, había perdido la fe en el Mundo que habitaba. Compartía
anaquel en el interior de una alacena de la cocina con otras de tamaño y color
similar, y el desconcierto e indiferencia de Violeta la eligieron al azar.
Yo sé, que en la
inconsciente elección de ésta, influyeron sus etiquetas superpuestas, como si
de un viejo y mundano baúl de Vuitton se tratara.
En horizontal, descansando
sobre la superficie mallada de roble del escritorio, esperaba llenar su panza
con el más dramático de los mensajes. Sintió el ligero roce del papel enrollado y el
definitivo empujón del corcho que le asfixiaría en su interior.
Entre estampas de bodegas y
restos de gotas de cera pudo ver a Violeta ponerse como collar aquella soga que
hacía horas colgaba de una viga de madera.
Sí, ya sé que se trata del mensaje y no de la botella, pero es que hoy estoy algo revoltoso
Más mensajes y botellas en la Brisa de Encarni
Más mensajes y botellas en la Brisa de Encarni
Termino siendo una botella portadora de un mensaje que quien lo descorche, ufff!!! Ay! Violeta.
ResponderEliminarUn abrazo Revoltoso.
Muy atinado el símil de las etiquetas sobrepuestas y el aspecto del baúl viajero.
ResponderEliminarParece que la vida de Violeta había ido de mal en peor, como el contenido de la elegida botella. No hubo mensajes de salvación, ni recuerdos felices que la hicieran desistir, había llegado el momento e hizo lo que tenía proyectado.
Has sido realmente revoltoso-
Un beso.
Después de albergar buenos caldos, pasó a oler a vinagre, menudo destino el suyo el final estaba claro, no podia portar peor menjase. !Pobre Violeta!.
ResponderEliminarAbrazos revoltoso juevero.
¿Qué más da?. al fin y al cabo si la botella no está, no se puede meter el mensaje en ella.
ResponderEliminarUna botella portadora de tantas cosas, hasta de un mensaje final de despedida.
ResponderEliminarUn relato intenso, lo lei de un tirón y sin respirar, perfecto, simplemente perfecto!!!
Un abrazo.
Culpa del dichoso reciclaje, ha de ser duro acabar multi etiquetada sin identidad verdadera, más duro con ese mensaje en la panza.
ResponderEliminarMe maravilla que puedas llegar a superarte, como en esta ocasión. Aplauso y besito.
Más que revoltoso, lo que estás es un tanto dramático... un collar que es una soga... uf! da repelús solo leerlo!
ResponderEliminarBss.
Estupendo Alfredoo!...qué buen giro le has dado al tema y con qué sutileza nos fuiste conduciendo hasta asistir al drama de una mujer suicida que no supo encontrar mejor sustancia y mensaje para llenar esta botella protagónica que nos presentas!
ResponderEliminarMe encantó leerte.
Un abrazo juevero!
Menudo giro le has dado, una botella humana que vierte su vida por el sumidero del sinsentido. Genial tu planteo.
ResponderEliminarUn abrazo
Botella, al fin de cuentas, que habla y deja mensaje... un mensaje final.
ResponderEliminarRevoltoso? yo diría que Genial! Me gusta cuando las historias guardan sorpresas por el giro de su enfoque. Excelente relato, una vez más... y van... (no me canso de decírtelo).
Besos!
Gaby*
Cada uno de nosotros tenemos la libertad en esta vida, de decidir que nos parece o no importante, nadie debe condicionar esa elección. Y si para ti lo fundamental es la botella, pues adelante. Me gustó mucho tu historia, la forma en la que personalizas la botella, la convierte casi en un ser animado. Besote
ResponderEliminarAcabo de leerte y se ma ha venido una frase a la cabeza : no matéis al mensajero, pero al final le has dado un vuelco al relato. Pobre Violeta que ha utilizado a la botella pero no en el sentido alcohólico.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gusta tu relato Alfredo!! Aunque la botella al reciclarla ganó en tiempo de vida...Imagino el bajón al saberse botella avinagrada jajaja...El collar de cuerda si que me da un poco de repelussss !
ResponderEliminarBesos querido amigo.
uuufff!!!
ResponderEliminarque relato y que mensaje en aquella botella eeehhh!!! pobre violeta
Decadente paralelismo el que has establecido Alfredo. A base de etiquetas superpuestas comenzó albergando en su interior buenos caldos de mejores añadas para acabar oliendo a vinagre y conteniendo notas de suicidio. La otra linea paralela que me falta, la de Violeta, seguramente, al igual que la botella, conoció mejores momentos, mejor vida, mejores días. Dices que no se trataba de la botella sino del mensaje pero es que este ha estado más que presente a lo largo de tu magnífico relato.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Nació para ser botella, continente, y terminó siendo mensajera.
ResponderEliminarComo a la botella, la vida nos lleva por distintos derroteros, algunos ni siquiera los buscamos.
Cambiar un collar por una cuerda, no es una buena elección... pero es una imagen destacada en un relato que también lo es.
Entre gotas de ceras y estampas de bodegas, mientras te miro escribir, dejo este mensaje.
Besos
bueno, a mi me ha gustado mucho eso de que la botella tenga voz...mas bien pensamientos, y me gusta particularmente su visión y modo en que cuenta lo que ve y como lo ve, es mas interesante qu el mensaje
ResponderEliminarabrazo alfredo
Tu relato me ha impactado, Alfredo. Le has dado un interés insospechado, al cambiar los roles. Muy bien tramado y mejor escrito. plas! plas! Plas!!!
ResponderEliminarUn saludo cordial y cariñoso.
me has llevado a una película de la cual no me sé el título y de la cual, creo recordar que era en blanco y nego...no, perdona, es en color. pero da lo mismo. el caso es que es la historia de un revólver que pasa de mano en mano, es la historia de los avatares de dicha arma. y es así como tú, alfredo, has armado este jueves...y da lo mismo que estés revoltoso o no...
ResponderEliminarmedio beso.
Prueba original del uso del vidrio reciclado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues cuentas una historia en la que se explica como llega un mensaje a la botella, muy dentro del tema de la convocatoria. Historia triste, como el destino de una botella comprada con mucha ilusión y cuyo fin es alojar ese último mensaje.
ResponderEliminarAbrazos.
Ese interior avinagrado que en un último momento encerrará más acidez dentro de la que desea... por cierto, después de esto has pensado dónde irá, tras ser prueba y testimonio de un suceso, me da que irá a parar al depósito de la basura reciclable, pobre fin el de esta botella... pues me da que tienes para ser más revoltoso :)
ResponderEliminarBesos