Este jueves, relato. Mitos, Leyendas y Creencias
"Ojos que no ven, corazón que no siente"...
Pero ella sentía, y lo sentía multiplicado por dos. Próximos el uno junto al otro.
Cada mañana, el despertar de María era un prólogo estimulante, una fiesta para sus sentidos. Juntaba ilusiones. Abría los ojos y entre sombras, disfrutaba como lo hace una niña con su primera muñeca.
María no veía, pero había aprendido a mirar y en esa permanente oscuridad, el resto de sus sentidos imaginaban en Technicolor.
Un giro suave, un golpe a traición, un bulto que desperezaba. Todo era una amable visión sintiendo como la naturaleza de su cuerpo dibujaba una forma armónica.
¿Cuántos colores existirían que ella no había visto?... ¿y cuántos, los miles que nunca verá?
No era lo que sus ojos no veían lo que más le ocupaba, no tenía que indagar, divagar o imaginar. Su luz era de color azabache y el ser que anidaba en su vientre, la recibía como un tesoro por explorar en el fondo de su invidencia.
Emocionante, precioso, bien escrito, sentido, ...en definitiva, me gustó mucho tu visión de este jueves.
ResponderEliminarBesos
Hay muchas maneras de ver el tecnicolor, para María los mitos y las leyendas están en su interior, tactos y olores, imaginación.
ResponderEliminarUna forma de "verlo" muy especial.
Besito.
Muy acertada manera de desmitificar ciertas frases hechas!...todo un ejemplo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Claro, el corazón de María siente mucho mas, el doble, el triple de lo que sienten los corazones que "ven".
ResponderEliminarCurioso enfoque para este jueves de mitos y leyendas.
Abrazos míticos
¿Rompiendo tabúes y leyendas mi querido Alfredo?, pues rompe lo que quieras si lo haces desde la dulzura y la esperanza, desde luego el mundo es del color desde los ojos que lo miran!!!, miles de besossssssssssss
ResponderEliminarLa realidad es lo que cada uno interpreta de lo que le rodea, sea viéndolo con los ojos o sintiéndolo de cualquier otra forma. ¡cuántas veces habremos cerrado los ojos para sentir más! besos
ResponderEliminarY para eso los inventores de cuentos. Con qué otros ojos pueden crearse historias y leyendas?
ResponderEliminarEl ojo que tú ves, no es ojo por que lo veas, sino porque te ve. (me vino a la memoria esa frase que alguien dejó una vez escrita en mi cuaderno de apuntes cuando estudiaba)
No hace falta ver para creer, pero no viene mal de vez en cuando verificar como Santo Tomás, cosa de no irnos por los cerros de Ubeda, jaja.
Besos socio.
El corazón siente mucho más allá de los ojos, cuantas veces vemos y queremos dejar de sentir pero no podemos, o no vemos y sentimos igual.
ResponderEliminarMe encantó tu relato es emotivo y hermoso.
Un beso.
Otra manera de crear, de sentir, de mirar. Toca, siente, cree.
ResponderEliminarHermosa entrada Alfredo.
El sentimiento de ser madre es único; aunque no se vea, no hace falta, los otros sentidos están mucho más desarrollados.
ResponderEliminarEstupendo relato
Un abrazo
Precioso, matizo la palabra, precioso relato de una persona con una carencia pero dotada de todo el potencial mágico de dar vida.
ResponderEliminarMe has tocado adentro, una vez más. Abrazos.
No veía pero creía... parece la parábola del invidente! Ji.
ResponderEliminarUn abrazo, Alfredo! Qué ilu, nos veremos de nuevo y muy pronto!
Ella escuchaba los latidos de su corazón el de su hijo en su vientre, y con su luz interior podía distinguirlos perfectamente. Todo un nuevo universo para explorar que se le sumaba al ya conocido. ¡Que bueno que no se acaben los universos a explorar!
ResponderEliminar...Parece tonto, pero que aliciente es eso también para los videntes!
Te mando un beso grande
para que no seas el único en romper, también romperé yo...
ResponderEliminarveaos, alfredo, pocas veces, muy pocas veces, leo los comentarios que los demás hacen a mis compañeros de eventura...pero comencé a leerlos y...sí, estoy de acuerdo con esa expresión-calificativo que te han dado: rompedor, cueriosa amnera de enfocar el tema...estoy de acuerdo...
y ahora...una curiosidad...leches, me parece que esta curiosidad, yme he dado uenta ahora, te la amndo vía mnail...
medio beso...
Buena forma de llevarnos de la mano hasta el sentir de Maria mostrandonos quien es su verdadero hèroe, al que espera con toda su ilusión.
ResponderEliminarUn abrazo
alfredo, lo dije cuando confeccioné mi escrito sobre héroes anónimos. Lo son, quizás más que nadie. Que no se les haya concedido ver, es un karma que solo con una gran evolución se puede sobrellevar. Sobretodo si es con alegría.
ResponderEliminarSomos ciegos si consideramos que sólo se "vé" con los ojos. La percepción del mundo es asimilable y se nos hace tangible desde todos los sentidos y también desde nuestra sensibilidad, desde nuestra espiritualidad. Si a eso le añades la hermosura que debe suponer tener un hijo en las entrañas, llegaremos a la conclusión que se desprende de tu magnífico relato. ¿Son necesarios los ojos para que el corazón sienta? evidentemente, no.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Alfredo. ¿Cómo estás?
ResponderEliminarMe ha encantado tu escrito lleno de frases que hemos escuchado.
Un besito gordo.
Nunca me había parado a pensar lo injusta que es esa frase hecha para los invidentes. Tu relato me ha hecho reflexionar, además de disfrutar de su lectura. Gracias.
ResponderEliminarAprovecho y te convoco a mi HALLOBLOGWEEN