Este jueves, relato. "Los ciegos también escriben"
El doctor le quitó con esmerada delicadeza el vendaje que cubría sus ojos y después de una vida entre sombras, Juan conoció la luz.
Al regresar al pueblo, quiso ver por primera vez, el árbol en el que un día prometió amor eterno.
El corazón garabateado a tientas, lucía claro a pesar de sus peleas con el viento y la lluvia. Lo vio y la obviedad le decepcionó. Con tristeza cerró los ojos. Era mucho más corazón cuando lo adivinaba recorriéndolo con su índice. Mucho más suyo, cuando abrazado a su amada sentía el palpitar de ambos.
Desconcertado se preguntó, si aquel milagro había merecido la pena.
Alfredo complicado ¿no? descubrir lo que has imaginado, poder ver la realidad tal cual es. Sí, realmente dificil.
ResponderEliminarBuen regreso, intuyo que el descanso hizo maravillas.
Un abrazo.
Lo que se ve con la punta de un dedo puede ser muchísimo más intenso que la realidad visible.
ResponderEliminarDémosle tiempo a descubrir que ese "milagro" mereció la pena.
Bien regresado Alfredo, con un texto a tu estilo, siempre sutil y creativo. Besito a punto de perder el sabor de yodo para recobrar el del abeto.
qué cabronazooo¡¡ me ha encantadoooo...volvamos a la ceguera, volvamos al tacto sazonado con imaginación, volvamos al amor pintado con imaginación, volvamos a la ceguera...que cabronazo guapo...me ha encantadoooo..
ResponderEliminarmedio beso, y bienvenido,alfredo.
¡Bienvenido querido amigo.!
ResponderEliminarA veces, aún sin ser ciego, nos forjamos nuestra propias imágenes de lo que queremos y cómo queremos que sean las cosas; la realidad a veces es distinta.
Pero no hay que abatirse, hay que buscar toda la belleza y dicha de la realidad, seguro que la tendrá, aunque sea distinta.
Un besito, amigo.
Ese milagro, siempre merece la pena desde mi punto de vista...
ResponderEliminarUn beso
La realidad de Juan, el mundo de sombras. Es como si emergiera, voluntario o no, de su propia caverna.
ResponderEliminarUn beso.
La realidad no pasa por elfiltro del sentimiento interior. A veces es mas profunda la sensación que la evidencia. pero siempre poremos volver a sentirlo "cerrando" los ojos.
ResponderEliminarNos haces sentir ese renacimiento de los sentidos
Un abrazo, Alfredo
De nuevo utilizare una frase que suelo reptir mucho "nada es lo que parece"
ResponderEliminarPero si, merecerá la pena ver y luego cerrar los ojos para sentir.
Un besazo
Supongo que puede ser posible que nazca esa desilusión después del milagro...solemos idealizar las cosas cuando no las tenemos, y quizás en esto no nos diferencien nuestras carencias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues no hace falta estar ciego para ello. Me demuestras que, en realidad, no hace falta tener problemas en los ojos para no ver, pero en ambos sentidos, el bueno y el malo; a veces tenemos una idea cochambrosa de algo o alguien y, desués de la visión primera o contacto, se nos abren los ojos del todo para bien.
ResponderEliminarA China no vuelvo ni loca, por ejemplo.
Beso.
Es bonito, es interesante, es disfrutable, escribir y superar el estadio de la autoayuda, del libro diario. Trascender la palabra para meternos en la piel de otro y poder adivinar qué puede sentir, qué puede vivir, sufrir y disfrutar, hasta podemos meternos en esos sueños y soñar otros diferentes a los nuestros.
ResponderEliminarEs algo así como ser actor. Conocer otros sentires y a través de ese instrumento que es el alma, dejarnos llevar por otros caminos. Eso es lo que más valoro de tu texto. (ah...también aprecio tu brevedad, de la que no pude hacer gala en este comentario, jajaj)
besos
La realidad nunca se ajusta a nuestras fantasías.
ResponderEliminarEstupendamente escrito, Alfredo, con la elegancia y eficacia características.
Un abrazo.
Ayy! espero que si valga la pena, total siempre le quedará el recurso de cerrar los ojos para sentir como sentía, verdad?
ResponderEliminarTe mando un fuerte abrazo Alfredo
La realidad es a veces para todos complicada y decepcionante...muchas veces los que vemos tambien cerramos los ojos para ir aun mundo donde todo es distinto.
ResponderEliminarsaludo