Héroes de cabecera. Keith Haring (XXI)
Haring tenía aire de pajarito asustado. Tímido y audaz, escondía detrás de sus gafotas redondas un magnífico artista multimedia.
“Un día yendo en el metro, vi un panel vacío, subí a la calle y compré una caja de tizas blancas, volví e hice un dibujo en el panel”.
La tiza se deslizaba con facilidad sobre la pizarra negra, dejando muestras de su arte en el subterráneo entre la Quinta y la Sexta.
Keith Haring, conquistó New York sin pasar por las galerías de Arte.
Pintó niños radiantes, serpientes, corazones, átomos, mujeres embarazadas, estrellas, ordenadores y Manhattan se rindió a sus pies. Atípico e imaginativo logró con sus dibujos, reflejar los acontecimientos que sacudían una sociedad que enloquecía con la música de los Sex Pistols o Iggy Pop. Nació en el 1958 en Reading, una pequeña población de Pensilvania y se consideraba un producto de la era espacial. No tardó en coquetear con el movimiento hippy, aficionarse al alcohol y las drogas y se convirtió en el numero 1 de los seguidores de Grateful Dead, acompañándoles en sus giras y subsistiendo vendiendo en sus conciertos camisetas que el mismo diseñaba y estampaba.
A los 20 años descubre el arte abstracto, estudia obsesivamente la obra de Pollock y Schnabel, interesándose por los graffitis rotulados con aerosoles en las paredes del Soho y las tapias y vagones del metro. Ángel Ortiz, famoso graffiero, descubre e invita a Haring a pintar estatuas de yeso de Miguel Ángel, llenándolas de arabescos y colores fluorescentes. A partir de este momento su travesura se convierte en un trabajo reconocido internacionalmente.
Los medios son su principal fuente de inspiración. Ha visto a los jóvenes oponerse a la guerra del Vietnam, ha visto las muertes de Kennedy y Hendrix. Su vocabulario es la imagen, inventa una vida paralela a través de sus caricaturas y las llena de colores y de paso pinta más de 30 metros del muro de Berlín. "El arte debería liberar el alma, excitar la imaginación, animar a la gente a a ser mejor e ir más lejos" y acuña el tema: ”Cubriremos la tierra”.
Haring, tenía el aire de un pajarito, como los que hay por las calles de cualquier ciudad, nunca molestan, cantan regular, respiran del tubo de escape de los coches y cuando mueren, los coches no los echa de menos.
No basta estar en el momento justo...hay que animarse a aprovecharlo y luego persistir en la búsqueda que termina dándole sentido a nuestra existencia. Logró ser parte de una de las más auténticas expresiones artísticas de nuestro tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
una muerte precoz, otra en la abultada lista de artistas norteamericanos del siglo XX,... ésta sin buscarla, sin probablemente saber siquiera la causa,... Alfredo, me pregunto algo poco original, ¿cómo hubiera evolucionado Haring? ¿qué haría ahora si viviera? tengo la impresión de que para algunos artistas la muerte prematura ha sido una solución...o quizá no, no sé.
ResponderEliminarCreo que al igual que yo, todos hemos visto los dibujos de Haring en multiples soportes. Al menos yo nunca he sabido, hasta ahora , de la historia de su autor. Triste muerte precoz, parece como si hubiera seguido aquella frase de "vive rápido, muere joven y deja un bonito cadaver"
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Mónica, Pilar y Manuel.
ResponderEliminarSe puede ser casi todo en un momento determinado, tener el mundo a tus pies y salir por la puerta trasera dejando un leve rastro de lo que se pudo ser.
Por eso Pilar, no se como sería hoy Haring, pero me lo imagino menos plástico y más acomodado, algo así como Warhol.
Besos.