Este jueves, relato. "Los pies"
Los pies le olían a demonios.
-¿Qué cómo huele un demonio? Mal, muy mal.
Los hedores despedidos eran una traición despiadada.
Una mezcla de calor sulfuroso y denso aroma mortal.
Una muerte asfixiantemente lenta. Imposible huir, te seguía de cerca el insoportable olor amarillo verdoso. Se instalaba en la nariz y torturaba sin piedad.
Las pocas veces que se lavaba, en un extraordinario alarde de pereza pasaba por alto esos extremos de su cuerpo. Acumulaba fragancias tan variopintas y dispares que sólo de recordarlo se pecaba con el pensamiento.
Las moscas merodeaban como satélites, borrachas y empapadas en aguardiente de animal, cosacos en retirada, abrazadas a los cordones para no perder el paso.
Y los pies, abandonados a su suerte, emanaban vapores insoportables que se acentuaban al marchar: "izquierda, derecha, izquierda, derecha, izquierda... media vuelta, ¡AR!
!Pobres! si es que estan tan cansados que llegar a ese extremo del cuerpo con la esponja y el jabón les era imposible, ya no podían doblar el espinazo.
ResponderEliminarAlfredo llega el perfume amarillo verdoso hasta aquí.
Genial.
Un abrazo sin vapores olorosos.
jajajajaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! Pero Alfredo de mi vida y mi corazón!!!!
ResponderEliminar¿Tienes fiebre?
¿Tás malito?
¿Estás pasando la crisis de los ...tántos?
jaaaaaaaaaaaaaaa
M;ira, entre la foto, y éste relato... no eres tú, que me lo han cambiao.
A ti te pega un cuento de una señora muy elegante que vá a cruzar la calle y el caballero le tiende su capa...
(Bueno, tampoco tan cursi...)
Y me sales con una manada de soldados con pies pestilentes y bichos colgados de los cordones de las botas...pobres bichos...
Eres un escritor de cullóns (emulando a Gustavo) que igual escribes un roto que un descosío...o algo parecido.
Fantástico. Un besito perfumado.
(ya sabes que soy muy pija y me perfumo.........)
Este relato, apesta!!!! Tu magnífica adjetivación hace que todo aquí huela mal. Qué manera de crear un ambiente sulforoso y oloroso a más no poder.
ResponderEliminarBueno, no puede decirse que seas el escritor reflexivo de siempre que nos haces pensar, esta vez solo apuntas a nuestra naríz!!!!
Muy bueno, alfredo, muy bueno y pestilente.
Un beso de lejos, por suerte!!! jajaja
Ese militar de pies pestilentes a base de envasar esos hedores podría emular al del "perfume", nunca se sabe, gustan a según quienes esa fragancia super varonil, nada de varón dandy, fuerteeeee añadiendo unas gotas de sándalo queda de marca cara.
ResponderEliminarAlfredo te has pasado tres pies que no pueblos, ko estoy con este "despiedado" relato.
Beso los...carrillos añado aplauso que tocas pies y manos, lo que sea, con magistral estilo.
jejejee...nos has hecho sentir el cansancio y las náuseas que esos pobres pies militarizados han debido padecer por tanto tiempo!... excelente manera de meternos "en ambiente" jajajajaa
ResponderEliminarUn abrazo...bien perfumado!
Nataly NNNNNNOOOOOOOOOOOO Varón Dandy más olor a pies NOOOOOOOOOOOO por favor.....
ResponderEliminarAhjajajajajja! bien ahi Maestro! juro que me atraganté con el café cuando leí lo de las moscas abrazadas a los cordones jaaaaaaa!
ResponderEliminarEse olor (a pata para ser mas gráficos) tiene color es cierto, amarillo verdoso es cierto. Ojalá esa pátina sulfurosa y pestilente que los envuelve sirva también de pegamento, y no pueda sacarse las botas nunca mas. Por mugriento.
Saludos Alfredino!
Los autobuses en verano... Atenas... chanclos mil... de nada sirven las ventanillas bajadas... Atenas... autobús... las 12 de mediodía... agosto.... Atenas...
ResponderEliminarNo es que los atenienses huelan mal "peceramente" es que no se me olvidará jamás que tuve que bajar NADA MENOS QUE 15 PARADAS ANTES!!!!
Besito apestosete! (sin coma entre medias de las dos palabras... jajajajaj!)
Había en esa falta de higiene como si existe si uno se cuida, algo metálico a medalla de valor moral.
ResponderEliminarAr...
Tésalo
Menuda condecoracion, dice Tésalo, medalla moral!! No solo huele desde aqui, si no que tu le has puesto color "amarillo verdoso" Muy explicito, señor,si señor!
ResponderEliminarun beso (de lejos)
Creo que habia poca agua o era porque no le gustaba la frialdad del agua tampoco habia mucho jabon para lavar no solo los pies sino la ropa...creo que si alguien olia bien habia sospechas ja ja ja
ResponderEliminarHas creado una asfixiante y hedionda atmosfera, irrespirable y tóxica con tu descripción de esos pies que jamás vieron el agua jabonosa. Me ha encantado que revistas el pestilente olor de color amarillo verdoso.
ResponderEliminarUn abrazo.
En esas circunstancias es dificil lavarse mucho, y claro la parte inferior es la más dejada. Qué multitud de olores que describes con ese gran vocabulario que tienes.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Un abrazo
Poldios, que movimiento de estómago...
ResponderEliminarMe he reído imaginando esas moscas abrazadas a los cordones de esas ¿botas? para no perder el paso. ¡Qué imaginación...! Jajaja
Un abrazo.
Maat
Creo que los compañeros han aportado de lo lindo.Resta decir,mis mas sinceras felicitaciones por el armado de este rompecabezas con ese final apoteotico que aunque todo indicaba que le conseguirias dueño,verlo plasmado de esa manera fue fenomenal.
ResponderEliminarBuenazo estimado
señor de los pies...el comentario mío no puede er otro que este...espera que busco lo que quiero y te lo pongo:
ResponderEliminarFrancisco de Quevedo
(1580-1645)
A una nariz
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.
Era un reloj de sol mal encarado, 5
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto, 10
las doce Tribus de narices era.
Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.
par diez, si no has sido quevedesco, alfredo, que se asome quevedo mismamente y lo dilucide él...
medio beso.
No sé que decirte Alfredo! Me has hecho reir muchísimo imaginandome las moscas borrachas, y embriagadas con ese olor tratando de seguirle el paso para no perderselos!
ResponderEliminarLa descripción de esa pestilencia ha sido tan gráfica y tan contundentemente material que no dan ganas de reelerlo para salir rápido de mal trance oloroso. Y eso por no mencionar las texturas que se le acompasan, la viscosidad, humedad, olor rancio amoníaco como el de los quesos mas apestosos! Puajj!
Magistral Alfredo!! Besote
Oye, estupenda narración. Me ha encantado lo de las moscas borrachas, es un broche de náuseas para tan "ambientado" relato.
ResponderEliminarAlguna Ley, ahora que estamos tan ordenancistas, debería obligar a que cada ser humano se adecente debidamente.
Un abrazo Alfredo.