Este jueves, relato. Romance Ambientado. (Revisado)
A esas horas, la Bodeguita del Medio estaba llena de parroquianos y turistas llegados al calor de la música. Me abrí paso entre son y son hasta alcanzar una segunda fila de la barra, imposible avanzar más. Las nubes blancas de los habanos se reflejaban en el fondo del gastado vaso de cristal que contenía mi enésimo mojito. Permanecí inmóvil, aprisionado entre cuerpos calientes y desinhibidos que parecían estar aparcados allí para toda la eternidad. Ella quedó a mi espalda, hombro con hombro, su voz sonaba suave y próxima, la tibieza de sus palabras me llegaba como una caricia que resbalaba en mi nuca colándose en mi desnudo cuello. Su presencia en mi cuerpo estaba tan delatada y consentida como la mía en el suyo. Noté su culo buscando el mío y lo acepté con un rubor complaciente que disparó la excitación de mi sexo. Intentaba disimular al ritmo del son vehemente y colosal de las lágrimas negras de Matamoros, pero nuestros cuerpos una y otra vez, se encontraban sin buscarse