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Este jueves, relato: Los Sonidos de la Primavera.

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      Mi primavera suena a redoble de tambor, algo así: “Señoras y señores, con todos ustedes… prrrom, prrrom, prrrom… La P r i m a v e r a.” Y es entonces cuando ella, vestida con tules vaporosos y desmedidas lazadas al viento, aparece entre un ligero chiri-miri que le hace pasillo.       Una vez superada la excitante y aparatosa euforia de la bienvenida, la primavera nos abraza con un sonido de violonchelo, grave, alargando notas hasta suspenderlas en el tiempo, como de Semana Santa. Toma aire de nuevo y con colorido renovado, las cuerdas irrumpen en escena, dibujando en el cielo, una bandada de folías, jotas y sevillanas, que se instalan en el corazón del calendario.        Y juntos, tambores, violonchelos, guitarras y timples migran como ñus, desvaneciéndose en la vorágine de los tres siguientes meses que amenazan ardientes a la vuelta de la sabana. Más ruidos primaverales con la Sinfónica de Vezdemarbán.

Palabra 12 de 52: "SOL"

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Sal, sin ti no soy nada. Siguiendo la propuesta de Sindel Foto: Paco Alberola

Este jueves, relato: Vamos de cañas... (Reedición adaptada)

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Hacía una noche de perros, llovía a cántaros y los parroquianos se refugiaban entre aquellas gruesas paredes que protegían el interior de la Venta. Las jarras del mosto manchego corrían de mesa en mesa, en especial en aquella del fondo, donde dos grotescas sombras, competían alardeando sobre los pormenores de sus recuerdos. Ebrios de vino y pasión, agudizaban sus ingenios para descabalgar al otro, provocando cómplices risotadas entre los presentes. Miguel, arrastraba las palabras, gruesas y torpes por los efectos del vino, que en ese momento, avanzada la madrugada, empezaba a nublar sus interminables parrafadas. Guillermo, sutil y agudo respondía con la lengua trabada, inmerso en una densa borrachera, que había paralizado los escasos músculos de su cuerpo, excepto los del decir: -Su prosa Don Miguel, es cansina y vulgar. Qué otra cosa se puede esperar de una historia de caballerías, con un hidalgo venido a menos. -¡Cómo se atreve Don Guillermo! si de su cursi pluma sólo s

Palabra 11 de 52: Patria

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La busco, y no la encuentro... Siguiendo una idea de Karina

Este jueves, relato: "Mascotas 2"

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Este relato está inspirado en un comentario que tuve en una anterior convocatoria con el mismo tema: "Mascotas" el jueves  01/12/2011. (Adjunto enlace para los curiosos) Me llamo Pericles y no soy virgen, quiero decir que ya tuve dueña. Sí, se deshizo de mí. Con gran pesar suyo (y mío) me arrojó a un riachuelo, ella creía que estaba muerto, no sabía que los peces como nuestros amigos los gatos, tenemos varias vidas. No les extrañe que siendo un pez hable, mi nombre me rodea de gloria, no en vano también lo fue de el más influyente orador ateniense de su época, de ahí mi elocuencia. Por segunda vez mi destino es una jaula de cristal, aunque intuyo que mi nuevo dueño, no sabe muy bien que hacer conmigo. Me mira escéptico, preguntándose, cómo narices pudo aceptar ese regalo; supongo que el envoltorio: “para regalo” y la tarjeta adjunta que le admitía la devolución le animó a probar, luego ya veríamos… O sea, que estoy con una aleta dentro y otra fuera.  Me

Palabra 10 de 52: "Silencio"

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Psssssssssss... Silencio, el niño duerme. "Duérmete clavel, que el caballo no quiere beber. Duérmete rosal, que el caballo se pone a llorar" Texto: Federico García Lorca Foto: Mercedes Zamora - Fotogenia Studi Siguiendo una propuesta de Sindel                      

Este jueves, relato: El Tren

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“En el tren que se alejó, va mi amor que me dejó. Que de mí se ha separado sin adiós. En mi mente siempre está el recuerdo de aquel tren que alejó quinientas millas mi querer…” Una y otra vez me esforzaba en dar el tono, en evitar los gallos, en no adelantar y no atrasar, en ligar una estrofa medianamente aceptable… ¡Pero no! Decididamente cantar no era lo mío. A mi lado, Trenzano, trataba de mitigar mis desentonos escondiéndolos tras el punteo de su guitarra eléctrica que acompañaba mi voz con resignación y caridad. Mi osadía no tenía límites, casi tan pocos como el respeto por una melodía que en su origen debería ser dulce y romanticona. La sensibilidad de Trenzano no soportó semejante desatino y entre notas (las suyas) me dijo al oído: -¿Por qué no pruebas silbando? Por la gloria de Sinatra y por compensación a Ennio Sangiusto y su tren que “500 Millas” se alejó, nunca más he cogido un micrófono… (Para cantar, claro)           Más trenes con pasajeros en el

Palabra 9 de 52: "DUDA"

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Sí, no, sí, no, sí, no, sí, no, sí, no, sí, no, sí, no, sí, no, sí... La vida es un encaje de bolillos. Más dudas en el Blog de Karina

Este jueves, relato: Vida Insípida.

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     Eran el arquetipo de la mediocridad compartida. Se conocieron en la Universidad. Médico él, médico ella, jugaron a “papás y mamás” intensamente durante un año, y se sumergieron en la más absoluta de la indiferencia durante el siguiente. Esta relación duró toda la vida, viviendo in crescendo diferentes grados de insipidez. A ambos los resucitaron terceros que llenaron sus vidas de emoción, y disimulaban anonadados en presencia de la persona que inspirara su pasión durante un único y lejano año.    La sombra de sus cuerpos seguía presente, anodina y oscura. Gris y desaparecida. Su corazón en cambio volaba hasta el estremecimiento y sus ojos en claro contraste con la tristeza de sus rostros, brillaban con la esperanza del infiel encuentro. Cada uno desconocía el del otro y era preceptivo aparentar normalidad, renunciando a la persona que inspiró su primeriza pasión y a la que ahora se condenaba recíprocamente a una soportable vida insípida. Más vidas insípidas en el B

Este jueves, relato. Amor

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Maldita Coca. (actualizado) Es Domingo, el silencio se dibuja en el aire. Las miradas, abatidas, se encuentran una y otra vez buscando una respuesta que no existe. La casa se inunda de vacíos, y estos se llenan de nada. La penumbra ayuda a mantener el sosiego, a recuperar la paz robada, la noche ha sido larga, cansada y los cuerpos se abandonan en cortos, pero reconfortantes duermevelas. Se confunden cansancio y esperanza, a golpes de segundos se disimula la tranquilidad, otro día más sin saber de Ella. Imaginamos el futuro que nos gustaría, y se borra en el aire. Ese futuro no tiene futuro, me escondo y la busco, la encuentro en sus imágenes, que son Ella, que tanto me quiere, y la quiero. Le hablo, me duermo hablándole, me duermo queriéndola. Dios, que largo Domingo… tanto amor, y no poder contra la Muerte. Más amores que matan, en el Balcón que da al Mar del Plata  Foto de cabecera: Ibán Ramón