Este jueves, relato. "Medianoche en el Daily..."
-Cuando sea mayor, quiero ser tenor, sí, tenor, de esos que cantan en la ópera. Orondo, con la barba recortada y disfrazado de Nemorino. Moviéndome con torpeza premeditada a lo corto y estrecho del diminuto escenario del teatro de mi pueblo- En eso estaba Liborio, pensativo, ensimismado, soñando despierto, cuando en medio del ganado de ovejas que tenía a su cuidado, cayó un extraño e inidentificable objeto volador del tamaño de un 600 de la época. Una vez el U.F.O. quedó en silencio, bajo de él un bicho de tres patas, mitad exprimidor de Philippe Starck y mitad humano, como Tobías el sacristán, pero en metálico y con lucecitas. En un abrir y cerrar de ojos, el bicho lo abdujo aposentándolo en el portamaletas de aquel extraño artilugio volador. Elevarse en vertical y desplazarse en paralelo fue todo uno. Aterrizar en el Foyer del Teatro alla Scala de Milán y escupirlo en el entarimado suelo del escenario, todo dos. Cientos de ojos examinadores le asediaban con expect