Corriendo, corriendo.
Llegó tarde al autobús de las 12, era el último, asumió el contratiempo con resolución y al instante decidió que cubrirá los 6 kilómetros que le separaban de su casa con una entusiasta carrera. 6 .000 metros corriendo, corriendo, sin parar. A legre, contento, ilusionado. Primero una gran avenida, luego otra, un cruce y a la derecha, el largo boulevard. Llegó al portal de su casa, extenuado y feliz, acababa de cumplir los quince y le habían dado el primer beso de su vida. Foto de Iban Ramón