Este jueves, relato. Historias alrededor de una taza de café.
Infidelidades, alrededor de una taza de café -...Por favor, un descafeinado con leche entera, ¡Ah! de máquina y con azúcar moreno, muy caliente, y ya puestos... si es tan amable, en taza de porcelana.- Tomás, que para las comandas de los cafés no solía tener problemas de memoria, necesitó hacer un esfuerzo, mientras ponía en funcionamiento su Gaggia, recordando y repitiendo en voz baja el pedido de este nuevo cliente. Con precisión prusiana, sirvió el pedido, que acompañó con unas dulces y variadas galletitas de trigo. Elena recién instalada en el barrio, le agradeció el detalle, comentándole lo difícil que a veces, le resultaba darse a entender y con el desinterés con el que también a veces, equivocaban alguna parte de su solicitud, obligándole a reclamar, hasta que su desayuno estaba tal y como a ella le gusta. Tomás se acostumbró a la presencia de Elena. Cada mañana, en los “Buenos días”, compartían un gesto cómplice, que él acompañaba con un: -¿lo de siempre, Elena?- Ella, estiraba